Muchas de las fábricas de Euskadi han vivido una auténtica transformación en el último lustro. Pero todavía tienen muchos cambios pendientes para poder adaptarse al mundo de la Industria 4.0, según los analistas.

Desde Sisteplant, cuyo director general es José María Borda, aseguran que la digitalización de los centros ya ha entrado en una nueva fase, la de la personalización de los sistemas informáticos a las necesidades de cada instalación.

La customización es por tanto una tendencia cultural que también se extiende al sector secundario. En colaboración con el complejo científico AIC de Amorebieta (Bizkaia), Sisteplant ha puesto en marcha el primer centro de competencia de fabricación avanzada, denominado Automotive Smart Factory (ASF).

Este avance tecnológico va más allá de la trazabilidad de los procesos, que es clave en la industria. Según José María Borda, ASF es un sistema con inteligencia artificial. En base a su monitorización, aprende de las situaciones que registra en los procesos de producción y luego recomienda a los operadores humanos cómo deben gestionar el día a día de la fábrica en cuestión.

El sector de máquinas herramienta, que equipa las fábricas del futuro, creció un 53% en ventas en 2017

Las empresas de ferretería y suministros industriales han frenado con su calidad las importaciones de Asia

“Fábricas con laboratorios hay muchas”, comenta José María Borda, pero ASF combina la metodología técnica con un servicio de acompañamiento, que incluye la formación continua de los trabajadores y la consultoría para seguir logrando avances, declara el director general de Sisteplant.

La Industria 4.0 no es solo una cuestión digital, en su opinión, sino que incluye otros tres elementos. “Hay que repensar las prestaciones de las máquinas actuales e innovar en los procesos productivos, además de renovar el funcionamiento interno de las empresas, que deben ser más ágiles y transparentes, para que el conocimiento fluya más rápido”, define. Todo cambia , pero “sin olvidar a las personas, que son el centro” de esa transformación, concluye Borda, para quien herramientas como ASF son solo un elemento de apoyo a los trabajadores para mejorar los niveles de competitividad.

En el área industrial, ASF cuenta con un “taller de ensayos” de última generación, equipado con prensas, células de soldadura, robótica avanzada y diferentes sistemas de verificación en línea. Esta división incluye un sistema inteligente que monitoriza los procesos en tiempo real para garantizar cero defectos.

Entre las líneas de investigación que se incluyen en la ASF se encuentran: big data, monitorización activa del estado de los equipos, gestión inteligente de procesos, sistemas de comunicación avanzados máquina a máquina, simulación de procesos y sistemas de control, gestión digital de la calidad, interacción hombre-máquina y nuevos métodos de formación.

Los clientes de ASF están en el propio entorno de AIC, puesto que en los laboratorios de este complejo científico conviven y comparten conocimientos 750 investigadores de una treintena de empresas del sector de componentes de automoción, que en Euskadi emplea a 36.000 trabajadores, sobre una plantilla total de 75.000 empleados.

Las 300 empresas vascas que integran esta industria tienen fábricas por todo el mundo. Su facturación global de negocio supera los 75.000 millones. A estos números hay que añadir el centro de Mercedes-Benz en Vitoria, con 5.000 profesionales en nómina. La marca de la estrella prevé ensamblar más de 157.000 unidades este año en sus instalaciones alavesas.

Por su parte, Sisteplant ha apostado por el crecimiento a través de estos negocios. Con 150 trabajadores, opera en diversos sectores, desde el fabril al alimentario, entre otros. Su red empresarial se extiende por España, México, Brasil y China.

Según un estudio de Orkestra y Euskaltel, el 65,79% de las empresas vascas cuentan con “un grado de digitalización muy desarrollado”. A nivel general, Euskadi incluso supera a Dinamarca y Holanda en cuanto a la incorporación de nuevas tecnologías en las empresas.

Un informe de PwC, en cambio, incide en que estos cambios no están llegando a las pymes, que incluso “dudan de la conveniencia de adoptar estas transformaciones”. El caso es que, según PwC, la tendencia es la de que grupos y sus proveedores trabajen conectados en base a plataformas homogéneas. Los que se queden fuera de estos circuitos, simplemente desaparecerán, según los analistas.

La industria de máquina-herramienta, con una gran presencia en Euskadi, está llamada a protagonizar esos cambios porque sus equipos son los que permitirán que esas fábricas del futuro sean una realidad. En 2017, este sector creció un 5,3% en producción al facturar 1.576 millones.

La mayor parte del negocio, por encima de los 1.200 millones, procedió de las exportaciones, que crecieron un 6,2%. Los principales mercados en el exterior son Alemania, China y México, por este orden, seguidos de Estados Unidos y Francia. Para 2018, la industria vasca de máquina-herramienta prevé mantener esos niveles de crecimiento.

El sector y los negocios que orbitan en torno a él están representados en gran parte en AFM Cluster, que integra a 480 empresas que facturan en conjunto 2.500 millones con más de 12.000 trabajadores. Una de las asociaciones integradas en AFM Cluster es la de Eskuin, que aglutina a las compañías especializadas en ferretería y suministros industriales.

Gracias al nivel de calidad de sus productos, equiparable al de Alemania, el líder europeo en este segmento, las empresas vascas han podido hacer frente a las exportaciones de Asia. En 2017, los socios de Eskuin contabilizaron una facturación global de 358 millones, un 5,95% más, con 1.900 trabajadores. De cara a este ejercicio, sus previsiones de negocio también son positivas.

Para que los avances digitales lleguen a las fábricas, es necesaria una mayor colaboración entre las empresas y los centros educativos, la “cantera” de profesionales de nueva generación. En este sentido, la Diputación de Gipuzkoa ha renovado su acuerdocon la UPV/EHU, la Universidad de Deusto, Mondragon Unibertsitatea y Tecnun, los cuatro campus con facultades en elterritorio foral.

El nuevo pacto, denominado Etorkizuna Eraikiz, tendrá en principio una duración de dos años, apoyado por el ente foral con una aportación de 1,2 millones. Por áreas, UPV/EHU centrará sus investigaciones en los ámbitos de la electromovilidad y de la ciberseguridad.

Por su parte, la Universidad de Deusto, participará en el desarrollo del centro de referencia para la atención de las personas mayores de Pasaia, así como en proyectos relacionados con el tercer sector y las políticas sociales. Mondragon Unibertsitatea analizará las fórmulas para aumentar la implicación de los trabajadores en las empresas y estudiará el impacto de las cooperativas en la economía de Euskadi. Por último, Tecnum se volcará en el emprendimiento y también en la electromovilidad y la ciberseguridad.

Fuente: Cinco Días