Las dos principales compañías eléctricas españolas, Iberdrola y Endesa, han entrado indirectamente en guerra abierta en Brasil. La batalla por hacerse con la empresa Eletropaulo, que garantizaría a cualquiera el liderazgo del sector privado de distribución en ese país, llegó a la máxima tensión este miércoles. Iberdrola, que había alcanzado la pasada semana un acuerdo con el consejo de administración de Eletropaulo, se vio sorprendida con una OPA presentada por Enel, la compañía italiana con mayoría de capital público, propietaria de Endesa. Tras una sucesión de ofertas y contraofertas, Iberdrola reaccionó con una durísima carta a la Comisión Europea, en la que acusa a Enel de vulnerar los principios de la libre competencia y de aprovecharse de una posición monopolística por su vinculación al Estado italiano.

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Iberdrola, a través de su filial Neonergia, es ahora el líder de la distribución eléctrica privada en Brasil, posición que parecía en condiciones de consolidar definitivamente después de que la pasada semana llegase a un acuerdo para hacerse con el control de Eletropaulo, una compañía con siete millones de clientes en el Estado más rico y poblado del país, São Paulo. La energética española iba a desembolsar unos 6.000 millones de reales (cerca de 1.500 millones de euros), repartidos entre una ampliación de capital y una compra de acciones. Enel, también presente en el país, aunque con menor implantación, había presentado una oferta sustancialmente menor, hasta que, cuando la operación ya parecía cerrada, se descolgó con una nueva propuesta. Mejoró en 200 millones de reales (casi 50 millones de euros) la oferta de Iberdrola al garantizar, entre otras cosas, un precio de 28 reales por acción frente a los 25,51 de la compañía española. 

Neonergia, la filial brasileña de Iberdrola, reaccionó subiendo la apuesta hasta 29,40 reales por acción. Y Enel contraatacó este miércoles con una nueva oferta de 32 reales (cerca de ocho euros), casi un 60% más que su propuesta inicial, que era de 19 reales . Ante eso, el consejo de administración de Eletropaulo decidió cancelar la primera subasta de acciones y abrirse al proceso competitivo entre los aspirantes.

Poco antes de la nueva iniciativa de Enel, Iberdrola ya había enviado una queja a las Comisarías de Competencia y Energía de la Unión Europea con fuertes acusaciones contra la compañía rival, participada en un 25% por el Estado italiano. La eléctrica española acusa a su competidor de «no operar con criterios de mercado y adoptar decisiones de negocio que no obedecen a ninguna lógica económica». Su condición de empresa con mayoría de capital público, alega Iberdrola, le concede una situación de «privilegio regulatorio en Italia», un «acceso más barato a los mercados de capital» y una posición «casi monopolística» en ese país, según la carta firmada por la directora de Asuntos Europeos de Iberdrola, Eva Chamizo.

Iberdrola alega que esa posición dominante en Italia está causando «serios perjuicios» a la compañía española en otros mercados. Y pone como ejemplo de la «carencia de racionalidad de mercado»  la «inexplicable» pretensión de Endesa de prolongar durante diez años más la vida de la central nuclear de Garoña, en la provincia de Burgos, a pesar, alega, de que «informes económicos» concluyen que el mantenimiento de la planta es «económicamente inviable». Garoña, propiedad al 50% de ambas compañías, lleva cuatro años parada e Iberdrola se opone a su reapertura, que costaría unos 200 millones de euros.

La queja de Iberdrola se refiere también a la pugna por la eléctrica brasileña. Acusa a su competidor de «no respetar las reglas de competencia normal entre empresas privadas en un proceso de subasta competitiva». Según Iberdrola, la compañía italiana está «está tratando de influir» en la dirección de la empresa brasileña y en la autoridad reguladora de ese país, así como «intimidar a sus competidores» con «declaraciones a la prensa completamente injustas». La eléctrica española se refiere a un anuncio publicado el pasado domingo por Enel en varios periódicos brasileños en el que critica el acuerdo inicial alcanzado entre Eletropaulo e Iberdrola y asegura disponer de capacidad para mejorar el precio inicialmente pactado entre ambas, «sin consideración de la lógica financiera y de negocios de la oferta», afirma la queja ante Bruselas. «Solo una empresa que goza del apoyo incondicional de un Estado, como su accionista mayoritario, puede permitirse actuar de ese modo», argumenta la carta, que pide a la Comisión Europea que actúe para frenar esas prácticas y advierte que Iberdrola «está estudiando cuidadosamente» posibles acciones legales contra su competidor.

Fuente: El País