Cataluña y las tensiones independentistas seguirán pesando en el comportamiento de la Bolsa española los próximos meses.El resultado cosechado en las elecciones vuelven a mostrar el triunfo del bloque independentista, que con Junts per Catalunya a la cabeza, consigue la mayoría absoluta. La reacción de los inversores no se hizo esperar.Continuando con la estela bajista dejada por los títulos españoles que cotizan en la Bolsa de Nueva York, el viernes los inversores optaron por las ventas. En los primeros minutos de negociación el selectivo español registró caídas del 1,5%.Y el transcurso de la sesión no alivió en exceso las pérdidas.

La Bolsa española concluyó con un descenso del 1,19%, en línea con lo que se dejó tras el referéndum del 1 de octubre (-1,2%). A pesar del recorte del viernes, el Ibex logra cerrar la semana en positivo (0,3%) y en diciembre mantiene el comportamiento lateral de las últimas semanas, con una descenso mínimo del 0,23%, hasta los 10.182 puntos, nivel en el que oscila desde septiembre.

Aunque el resultado de los comicios muestran el triunfo de los secesionista, como señala Juan José Fernández Figares existen grandes incógnitas y “no está claro que los independentistas alcancen un acuerdo sobre quién deberá ser elegido presidente”. El director de análisis de Link Securities afirma que el Ibex 35 continuará comportándose “peor en términos relativos que el resto de los principales mercados bursátiles de la zona euro, al menos hasta que este complejo escenario se vaya aclarando”.

Pese al impacto inicial de las elecciones en el mercado, el consenso de los analistas apunta que el 70% de los ingresos de las firmas del Ibex procede del exterior.Es decir, su exposición a la economía española en general, y a la catalana en particular, es limita por lo que si se mantiene la tendencia alcistas en las Bolsas mundiales, el selectivo español se sumará a ella. Desde Unicorp Patrimonio señalan que la Bolsa española ya cotiza el riesgo secesionista catalán y “no hay que ser reticente a asumir exposición, sobre todo en acciones cuyos ingresos y beneficios se producen fuera de nuestras fronteras”.

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Más pesimista se muestran los analistas de AlphaValue que prevén que la repercusión en los mercados sea mala y el selectivo “continúe en el limbo”. La firma remarca que siguen “sin tener ningún valor español de la selección de 25 cotizadas europeas”.

Donde más se puede llegar a notar el impacto de las elecciones es en el PIB. Hasta el momento las tensiones independentistas apenas han pasado factura al crecimiento económico. De hecho, el Banco de España solo ha recortado una décima la previsión de alza de PIB para 2018, que pasa del 2,5% al 2,4%, y la de 2019, del 2,2% al 2,1%, en una decisión. Moody’s señala en un informe que el resultado electoral es negativo para el crecimiento económico. La agencia de calificación crediticia destaca que si la incertidumbre se prolonga pasará factura a la calificación crediticia de España (actualmente en Baa2)y Cataluña (Baa3). Además, la firma advierte que el clima empresarial podría deteriorarse aún más.Hasta y desde la celebración reféndum han salido de Cataluña 3.139 compañías.

En el Ibex 35 cotizan seis firmas que decidieron trasladar sus sedes de la región para hacer frente a la inseguridad jurídica que se abría tras el 1-O.Este movimiento les ha permitido poner freno a la tendencia bajista. No obstante, el viernes no fue así. Junto a CaixaBank (-3,6%) y Sabadell (-3,43%), que lideraron los descensos del selectivo, solo Abertis (0,3%), en pleno proceso de opa y Grifols (0,55%), que mantiene su domicilio social en Cataluña pero concentra su exposición a EE UU, consiguieron escapar a los recortes. No corrieron la misma suerte otras cotizadas catalanas como Colonial (-1,9%)), Cellnex (-0,84%) o Gas Natural (-0,31%). No obstante, junto a las entidades, Mediaset (-2,39%), Santander (-2,15%) y Acciona (-1,91%) se cuelan entre los valores que más cayeron en la sesión. Los ascensos, por contra, estuvieron liderados por Endesa (1,23%), las ya mencionadas Grifols y Abertis, Meliá (0,48%) y Enagás (0,33%).

Muy distinto es el escenario que vive el mercado de deuda, en el que los eventos políticos pasan de puntillas. A diferencia de épocas anteriores, la renta fija ha dejado de ser el termómetro de la coyuntura económica. Y la razón es sencilla.El programa de compra de activos del BCE mantiene anestesiado a los inversores al tiempo que inunda de liquidez al mercado.La rentabilidad de la deuda española a diez años concluyó el viernes en el 1,47%, lejos del 1,78% que marcó el 4 octubre, en plena escalada de las tensiones. Desde que estallara la crisis en Cataluña el mercado ha especulado con la idea de que el BCE podría haber incrementado el volumen de compra de activos españoles.Sin embargo, hasta el momento no lo ha hecho y el importe se mantiene entorno a los 6.000 millones, en línea con los volúmenes de 2017.

La prima de riesgo permanece estable en los 103 puntos básicos. Parte de esto se debe a la tranquilidad que vive la deuda española, pero también al ascenso del bono alemán a lo largo de la semana que ha pasado del 0,3% al 0,42%.A las dificultades de Angela Merkel para formar Gobierno se suma la proximidad del recorte en el importe de compras delBCE que empezará a aplicarse en enero. De hecho, la subida del bund también tuvo su réplica en la deuda frances que pasa en los últimos cinco días del 0,63% al 0,75%.

Fuente: El País