Las políticas del Banco Central Europeo (BCE) están funcionando. Los 19 países del euro crecen al unísono y con las menores diferencias en años. Y un nuevo estudio del Banco de España añade más evidencias. Este revela que las compras de deuda corporativa del BCE no solo beneficiaron a las cotizadas del Ibex. También se produjo una reacción en cadena que provocó un aumento del crédito a otras empresas en España en los meses posteriores al anuncio del programa. Este podría cifrarse en 3.450 millones.

Al comenzar el programa de compras de deuda en junio de 2016, abundaron las críticas al BCE porque prestaba exclusiva y directamente a las grandes. Frente a estas diatribas, muchos analistas defendieron que la iniciativa brindaba una bajada de tipos de interés generalizada, aun mayor para aquellos con menor calidad crediticia. El estudio del supervisor va un paso más allá y rebate los ataques al programa con datos recabados en España de 300.000 sociedades y 29 entidades. Bajo el título de Creando espacio para los que más lo necesitan, el documento constata que la alquimia del BCE surtió efecto.

Según este análisis, el mero anuncio de las compras en marzo de 2016 disparó las emisiones. Las probabilidades de que una empresa elegible por el BCE las aumentara se elevaron un tercio en los tres meses después del anuncio. Y no solo para estas. Otras que no reunían las condiciones para beneficiarse también emitieron más. Las emisiones de no elegibles subieron un 6% en el trimestre siguiente. De las 33 sociedades que colocaron títulos desde que se conoció el programa, 11 de ellas lo hacían por primera vez, y otras dos habían estado inactivas desde 2011. Además, los tipos de las emisiones descendieron para las elegibles 44 puntos, un 30%.

Rebajas en los tipos interés de las emisiones

Las compañías que se han beneficiado directamente de las compras de bonos del BCE han sido 15: Abertis, Amadeus, Cellnex, Día, Enagás, Ferrovial, Gas Natural, Iberdrola, Madrileña Red de Gas, Mapfre, Merlin, Red Eléctrica, Redexis, Repsol y Telefónica. Todas han podido refinanciarse con costes más baratos. No obstante, los analistas explican que estas adquisiciones han logrado rebajas de tipos de interés en todos los títulos de deuda, gracias a que han empujado a los inversores hacia otras emisiones con mayor riesgo.

El Banco de España certifica el efecto dominó que tuvo sobre los préstamos bancarios. Y lo más sorprendente es cómo llegó hasta las pymes. De los 3.450 millones de incremento del crédito, 1.300 millones fueron a pequeñas y medianas empresas. Se trata de un fenómeno todavía más llamativo si se tiene en cuenta que estas cifras de aumento del crédito solo se refieren a los tres meses de arranque del programa, por lo que el efecto acumulado será aún mayor.

Usos de las ayudas

¿Y para qué utilizaron estas inyecciones del BCE las grandes compañías? La mayor parte se empleó para devolver créditos que tenían con la banca. Por cada 1% que aumentaron las emisiones en el trimestre siguiente al anuncio del programa, redujeron un 0,44% su balance de deuda con los bancos. Es decir, se refinanciaron a tipos más baratos sustituyendo préstamos por bonos.

De golpe y porrazo, las entidades se vieron con muchísima liquidez. Una liquidez que se sumaba a la que habían tomado de las subastas del BCE conocidas como TLTRO. Estas inyecciones tenían un tipo del 0%, pero se castigaba con tipos negativos de hasta el -0,4% si la entidad que tomaba el dinero no elevaba el crédito. Además, la liquidez ociosa se penaliza en el BCE con un tipo negativo del -0,4%. O lo que es lo mismo, de una forma u otra las entidades tenían que pagar al Eurobanco por guardarles esos fondos. El dinero les quemaba en las manos. Así que tuvieron que prestarlo. En definitiva, se redistribuyó la financiación. El 78% del crédito que recortaron las empresas con la banca se redirigió a préstamos a otras empresas que dependían exclusivamente de la financiación bancaria, explica el documento.

En los tres meses posteriores al anuncio del programa, las empresas beneficiarias redujeron el crédito en 4.500 millones. Dado que de ese importe los bancos prestaron el 78%, se concluye que 3.450 millones se destinaron a préstamos para otras empresas sin acceso al mercado de bonos. El reparto de ese 78% fue de 48 puntos para grandes, 15 para medianas y 15 para pequeñas.

Según el informe, la redirección del crédito no supuso un incremento del riesgo de los bancos, ya que destinaron más hacia empresas grandes y medias que son más seguras. Además, las 300.000 sociedades de la muestra tenían una rentabilidad sobre activos del 4,48% y, por tanto, estaban lejos de una situación de estrés.

El análisis es muy novedoso porque avala una medida nunca antes probada del BCE en un país que había sufrido drásticas condiciones financieras. Las grandes se refinanciaron. Pero las que recibieron más crédito engordaron la inversión. Según el estudio, la inversión subió en estas empresas diez céntimos por cada euro reasignado. O lo que es lo mismo, fue a los que más lo precisaban para expandir su actividad.

Fuente: El País