El vía crucis de Atlantia amenaza a Abertis. La capacidad de reparto de dividendos del grupo español de autopistas está en entredicho, después de que Standard & Poor’s (S&P) haya rebajado su calificación hasta BBB-, umbral entre el grado de inversión y el denominado bono basura. ACS, dueña del 30%, Hochtief, con un 20% menos una acción, y Atlantia –que controla el 50% más un título– se comprometieron a blindar contra viento y marea esa calificación. Y el principal escudo es un recorte máximo del 45,5% de los dividendos anuales con cargo al año pasado y a este. El importe anual fijado de entrada fue de 875 millones, el que repartió con cargo a los resultados de 2018.

La tormenta perfecta está justo encima de Atlantia. La última legislación italiana facilita que se revoquen las concesiones de autopistas sin necesidad de grandes indemnizaciones para la compañía, dueña de Austostrade, la gran red de autopistas de peaje en Italia, con más de la mitad del total del país. A esto se suman las posibles responsabilidades civiles por el derrumbe del puente de Génova en agosto de 2018. Las últimas investigaciones apuntan a que el papel de Atlantia en la catástrofe es más importante de lo esperado en un principio.

ACS 34,00 -0,93%

La regulación promovida por el nuevo Gobierno de coalición formado entre el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata ha hecho saltar todas las alarmas sobre el futuro de la empresa italiana. Y Standard & Poor’s ha tomado nota. El lunes lanzó un informe que incluye una contundente bajada de la calificación de Atlantia desde BBB- hasta BB-. Tres escalones de una tacada. Ha colocado además su calificación en creditwatch negativo. Es decir, en una especie de lista negra que anticipa rebajas adicionales en tres meses si la empresa no toma medidas. Esta decisión ha tenido efectos colaterales en sus filiales, incluida Abertis, en la que tiene el control, pese a que casi se sitúa de poder a poder con ACS y su participada Hochtief.

El caso es que la misma espada de Damocles de una rebaja adicional del termómetro de solvencia pesa sobre Abertis, que puede pasar a una escueta calificación de BB+ desde su actual BBB- en un plazo de 90 días. Y en este punto se activa una de las salvaguardas recogidas en el folleto del programa de emisión de deuda a medio plazo registrado en marzo del año pasado en la Bolsa irlandesa y que permite a la empresa colocar un máximo de 7.000 millones en bonos.

El precio de los bonos se hunde a mínimos

Temores. Abertis ya no cotiza, pero sí lo hacen sus bonos. El grupo que dirige como consejero delegado Javier Aljaro ha vendido casi 6.000 millones en deuda, según los datos de Bloomberg, al amparo del programa de emisión del pasado 6 de marzo. Los vencimientos son variados, desde 2024 como el año más temprano de amortización hasta 2032 como el más lejano. El común denominador es que el precio de toda esta deuda, que se mueve de forma inversa a su rentabilidad, cotiza en mínimos desde su colocación. Los bonos que expiran en 12 años se pagan al 95,8% del nominal, lo que supone un rendimiento anual superior al 2,3%.

Perfil de deuda. Abertis tiene una deuda total superior a los 24.000 millones de euros, según los datos de Bloomberg. El dividendo extraordinario que repartió a sus accionistas por casi 10.000 millones es una causa crucial de este pasivo. Lo hizo para traspasar la deuda que sus dueños asumieron para comprar Abertis, tal y como se anunció en el momento en el que la firma italiana y la que preside Florentino Pérez llegaron, en 2018, a un acuerdo para repartirse Abertis. La primera oleada de grandes vencimientos será en 2023, con unos 4.500 millones (véase gráfico).

En caso de que exista un “riesgo realista” de que su rating caiga más, los accionistas “aplicarán una reducción del dividendo pero no lo situarán por debajo del 55,5% de la distribución prevista”.

El peligro de que se produzca esa rebaja del rating es más que una posibilidad, según S&P. “El creditwatch podría desencadenar una nueva rebaja de Abertis, a menos que dispongamos de la evidencia de que se va a producir un impacto mínimo de la tensión de Atlantia en el perfil crediticio de Abertis”, sentencia la agencia en su informe. Este revela que ahora mismo Abertis se sitúa tres escalones por encima de Atlantia en el ranking de solvencia y abre la puerta a que esa distancia pueda elevarse. Es decir, deja entrever que Abertis puede ser inmune a una rebaja de su accionista transalpino.

Uno de los antídotos para que Atlantia no arrastre a Abertis en su potencial caída es el dividendo. “Su rebaja está encima de la mesa, si bien sus accionistas, especialmente ACS, se resistirán con uñas y dientes todo lo que puedan, porque para ellos es vital”, señala un directivo de un banco de inversión. La otra posibilidad es restringir el crecimiento a través de compras. El dividendo se abonará el próximo marzo o abril, de forma que están a tiempo de reducirlo, según fuentes conocedoras de la situación. Si al final el rating de Abertis cae a BB+ y sigue el peligro de perder esa nota, la obligación de los accionistas es la de recortar el dividendo tanto como sea necesario para mantener el BB+. Incluso a 0 euros.

“Creemos que ACS/Hochtief no estará dispuesta a permitir acciones perjudiciales en la solvencia de Abertis”, sentencia S&P, que además señala con el dedo el dividendo y las compras de Abertis como las fórmulas del grupo para desligarse del futuro de Atlantia. Una portavoz de Abertis, por su parte, declinó hacer comentarios sobre esta información.

El grupo que preside Florentino Pérez tenía previsto ingresar directamente con cargo a los resultados de 2018, 2019 y 2020 unos 790 millones de euros en dividendos de Abertis. Cifra a la que hay que sumar los 525 millones que se llevaría su filial alemana Hochtief, en la que ACS controla el 50,4% y su socia Atlantia, un 18%.

Fuente: Cinco Días