La crisis institucional y la incertidumbre empiezan a hacer mella en la competitividad de Cataluña. Aunque la región siga ocupando el cuarto lugar en la clasificación del Informe de la competitividad regional de España elaborado por el Consejo General de Economistas (CGE) y relativo a 2018, pierde dinamismo. «En Cataluña buena parte de los indicadores relevantes son planos (…) y lo atribuimos a la peor situación institucional vivida», ha señalado el director técnico del estudio, José Sánchez de la Vega. Entre ellos están el crecimiento económico, la inversión extranjera directa o el clima empresarial. Y eso que el estudio no tiene en cuenta los recientes acontecimientos y los disturbios sucesivos a la sentencia del procés, que según los economistas podrían suponer un empeoramiento del indicador en el futuro.

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Aun así, el índice de competitividad (ICRET) ha mejorado en promedio para el conjunto de las comunidades. El repunte ha sido del 5,2% en comparación con 2017, un avance superior al incremento medio registrado durante la última década, y ha avanzado en 13 de las 17 autonomías. Madrid, Navarra y País Vasco se confirman, en este orden, como las autonomías más competitivas, mientras que en el otro extremo se sitúan Extremadura, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Islas Baleares y Murcia, según los resultados del estudio presentado este martes en Madrid. 

Esta es la tercera edición del informe sobre el índice de competitividad regional que elabora el CGE, un indicador que se construye a partir de 53 variables agrupadas en torno a siete ejes: entorno económico, mercado del trabajo, capital humano —una novedad introducida este año—, entorno institucional, infraestructura, eficiencia empresarial e innovación. «El objetivo es analizar la competitividad territorial, la capacidad para proporcionar un entorno atractivo y favorable para el crecimiento económico y obtener mejores cotas de bienestar para población», ha explicado Patricio Rosas, coordinador del estudio. 

Cataluña no es la única región cuya competitividad se ha estancado a lo largo de 2018; lo mismo ha ocurrido en el País Vasco, La Rioja y Murcia. En Asturias, Castilla y León, Cantabria y Valencia el avance ha sido leve, mientras que en Extremadura y Castilla-La Mancha es donde ha sido más intenso. Con respecto a 2017, el País Vasco desciende una posición siendo superado por Navarra, Asturias baja dos escalones a favor de Galicia, que escala dos puestos. Pese al mal comportamiento de País Vasco y Cataluña, estas dos regiones, junto con Madrid, siguen representando el triángulo competitivo del país.

Brecha entre regiones

El informe señala la existencia de una brecha de competitividad entre las regiones españolas y las divide en dos grupos: las con índice alto y medio-alto, que son Madrid, Navarra, País Vasco, Cataluña, Aragón, y las que presentan un índice medio-bajo y bajo, donde está el resto, con Extremadura a la cola. «Con respecto a las ediciones anteriores el patrón convergente no es tan evidente. Hay tres comunidades del grupo alto que se comportan bien y dos que no, y en la parte inferior reseñable comportamiento plano Murcia», ha analizado Sánchez de la Vega. En este escenario, La Rioja y Murcia empeoran su situación y pasan, respectivamente, del nivel de competitividad medio-alto al medio-bajo y del medio-bajo al bajo.

«La brecha entre las cinco regiones con índice más alto y más bajo es muy alta. Podríamos decir que de la competitividad en España tiran cinco comunidades autónomas; La competitividad de Madrid es cinco veces la de Extremadura, la brecha es todavía bastante considerable», ha comentado Rosas.

Falta de Gobierno

Los economistas han destacado que la falta de Gobierno pasará factura a la competitividad de las regiones en el futuro, y han señalado que la atonía de Cataluña puede tener un efecto arrastre en otras autonomías. «A nadie se le escapa que en 2019 ha habido mucha más incertidumbre», ha señalado Valentín Pich, presidente del CGE. «El sector publico, que gestiona el 40% nuestro PIB, es decisivo porque marca reglas del juego». 

Sánchez de la Vega señaló que la situación catalana podrían haber causado en cierta medida un desplazamiento del centro de gravedad de triángulo competitivo en términos de inversión extranjera directa, una variable que ha tenido buena evolución en Navarra y Madrid. Pero ha matizado: «Que sea por las inversiones que en principio iban a Cataluña podría ser una respuesta, pero sería muy aventurado». El director técnico del estudio ha señalado que el crecimiento promedio en el caso catalán ha sido bastante desfavorable en la última década, pero lo mismo ha ocurrido en el País Vasco. «La diferencia con Cataluña, donde parece que la situación tiende a enquistarse, es que en el País Vasco podría ser coyuntural». 

Fuente: El País