Las empresas familiares aprueban con reparos la situación económica, a la que dan una calificación del 5,33 sobre nueve, pero se muestran muy preocupados por la política. Según la votación interactiva celebrada entre los 650 asistentes al XXII Congreso de la Empresa Familiar celebrado en Murcia, las empresas consideran que el mayor riesgo que tiene España para afrontar el futuro y basar su crecimiento es la gobernabilidad por delante de las reformas estructurales, el desempleo y la demografía.

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El año pasado, los empresarios otorgaron una calificación del 5,48, que supuso una rebaja frente al 6,22 del 2017, año en el que se había alcanzado la mejor nota desde que se hace la encuesta en 2008. Por otra parte, la mayoría de los empresarios, un 63%, piensa que la situación tendrá una recuperación frágil (el año pasado ese porcentaje era del 41%), mientras que las empresas que piensan reducir la plantilla pasan del 7% al 16%. En este capítulo predomina el número de empresas que prevé mantenerla, un 48% frente al 46% del año anterior. Por otra parte, la relación de empresas que piensa en invertir ha pasado del 80% al 73%.

La apreciación de la encuesta fue ratificada por el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Francisco Riberas, en su discurso ante el Rey y la ministra de Economía, Nadia Calviño. Riberas, tras resaltar las dificultades del país por los «varios años con Gobiernos en funciones o inestables y la difícil situación que atraviesa Cataluña«, ha subrayado que «es preciso recuperar la normalidad lo antes posible ya que es muy peligroso proyectar esta imagen ante los clientes e inversores internacionales por más tiempo».

El líder empresarial también ha hecho hincapié en el impacto que sufren las empresas por las «escalada de tensión entre las primeras potencias mundiales, que «están generando dificultades en la economía mundial» y el Brexit de forma particular en la Unión Europea. Asimismo, aprovechó el recuerdo de las riadas que sufrió la región de Murcia para reclamar al Gobierno «la revisión urgente de las infraestructuras para prevenir y limitar el impacto devastador de esos desastres naturales».

Riberas incidió, por otra parte, en la necesidad de revisar el modelo de educación del país, que a su juicio debe ser orientado a la empleabilidad de los jóvenes en un futuro cada vez más tecnológico y digital. En ese sentido, el IEF y las asociaciones territoriales acaban de firmar un manifiesto institucional en el que piden al Gobierno que entable un debate par abordar una reforma del sistema educativo que se adapte a la realidad de las necesidades de las personas y las empresas y que se adapte a los cambios productivos generados por la revolución tecnológica. Las empresas solicitan que se impliquen, además del Gobierno, las Administraciones, los partidos políticos, los expertos y la sociedad en su conjunto.

El Rey Felipe VI, que acudió a la inauguración del congreso, se sumó al interés por la educación. «Apostar por la educación y la formación es, sin duda, una muestra de visión de largo plazo y de apoyo a la sostenibilidad, así como un ejemplo de compromiso con los jóvenes que sufren las consecuencias del desempleo y una prueba del compromiso con el Estado de bienestar y con nuestros mayores en un momento de progresivo envejecimiento».

Por su parte, Calviño, que acompañó al monarca como ministra de jornada, también destacó la educación como una de las reformas estructurales necesarias que precisa España en un horizonte a medio y largo plazo. Esta medida forma parte de la hoja de ruta junto a la estabilidad presupuestaria y la sensibilidad social para hacer frente al cambio climático, la digitalización y los cambios demográficos.

Fuente: El País