El futuro de la interconexión eléctrica con Francia, una de las infraestructuras energéticas clave para España, está en manos del Parlamento Europeo. Un grupo de eurodiputados contrarios a las ayudas gasísticas aprobadas por la Comisión Europea para los próximos años ha forzado una votación —que tendrá lugar el próximo 21 de febrero— para decidir si sale adelante la lista de proyectos de interés común presentada por Bruselas. La interconexión está en esa selección, y la Comisión le ha adjudicado recientemente una subvención de 578 millones. 19 parlamentarios, entre ellos los españoles Xavier Benito (Podemos), Florent Marcellesi (Equo), Carolina Punset (Ciudadanos) y Paloma López Bermejo (IU) rechazan esa lista debido a que según su criterio, incluye demasiados equipamientos contaminantes, lo que dificultará, bajo su opinión, cumplir con el acuerdo climático de París.

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Aunque la interconexión eléctrica con Francia a través del Golfo de Vizcaya no está entre sus quejas, al llevar el asunto a una votación en la Eurocámara los efectos colaterales pueden perjudicar los avances de la instalación retrasando las ayudas europeas para que salga adelante. La lista no se puede modificar, debe aprobarse o rechazarse en su totalidad, por lo que según fuentes comunitarias, en caso de victoria de sus opositores habría que rehacerla, con la consiguiente demora en la movilización de fondos europeos.

Si la Eurocámara rechazara la lista, para lo que es necesario obtener una mayoría absoluta, la subvención más elevada concedida hasta ahora por el denominado Connecting Europe (Mecanismo Conectar Europa) quedaría en el aire. En principio, los europarlamentarios tienen complicado recabar los apoyos suficientes para dar marcha atrás a la terna de proyectos aprobados: el apoyo de los grupos popular y socialista a la misma debería bastar para que no quede bloqueada.

«Nuestras objeciones no son contra los proyectos eléctricos, sino sobre los gasísticos. Se les va a destinar gran parte del presupuesto, algunos de ellos camuflados. Estas políticas no son compatibles con el acuerdo de París«, critica el eurodiputado ecologista, Florent Marcellesi. El político de Equo cree que la Comisión utiliza el aplazamiento de la subvención millonaria para la interconexión entre España y Francia con el fin de evitar que los parlamentarios voten a favor del cambio de lista.

Entre los promotores de la votación hay eurodiputados alemanes, italianos, húngaros, italianos, franceses o españoles. Todos creen que la construcción de nuevas infraestructuras de gas choca con los compromisos del acuerdo de París, aunque desde instancias comunitarias insisten en que se trata de la lista con más proyectos de energía limpia nunca antes elaborada. Y le ponen cifras: la selección de 2015 contemplaba un mix de 55% de proyectos eléctricos y el 39% de gas, mientras que la de 2017 estipula un 61% de eléctricos y un 30% de gas.

Contra los proyectos gasísticos

«Aunque en esta tercera lista hay menos proyectos de gas, su volumen sigue siendo perjudicial en la lucha contra el cambio climático», rebate el representante de Podemos Xavier Benito. «Promocionar infraestructuras de gas de 40 o más años de vida útil es encadenarnos al uso de este combustible fósil», lamenta la eurodiputada de Ciudadanos Carolina Punset. Los políticos españoles dejan claro que su movilización no va contra el proyecto de interconexión eléctrica entre España y Francia, pero desde las fuentes consultadas advierten de que el cambio de lista que demandan conlleva inevitablemente una dilación de las subvenciones.

El proyecto, construido entre Red Eléctrica de España y Réseau de Transport d’Électricité, su homóloga francesa, permitirá incrementar la capacidad de intercambio entre España y Francia hasta 5.000 MW desde los 2.800 actuales. Su puesta en servicio se espera para 2025, y el nuevo enlace tendrá 370 kilómetros, de los que 280 serán submarinos, con una inversión total de 1.750 millones de euros. El comisario de Energía, el español Miguel Arias Cañete, considera la nueva infraestructura indispensable. «Acabará con el aislamiento de la península ibérica respecto del resto del mercado europeo de la energía».

Fuente: El País