El término talento, entendido como el factor productivo y de competitividad de cualquier trabajador o empresa, ha ido ganando peso en los círculos laborales a lo largo de los últimos años. Tanto que se ha declarado abiertamente una batalla por él, en el que las compañías, las instituciones, los países y las regiones que los forman pelean por hacerse con el más demandado.

Con este propósito, la Fundación Cotec y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) presentaron ayer los resultados del primer estudio que analiza y compara la capacidad que tienen para atraer y retener talento las 17 comunidades autónomas españolas. El trabajo ofrece un análisis detallado a nivel regional en el que se ha aplicado el Índice Global de Competitividad en Atracción y Retención del Talento (GTCI, por sus siglas en inglés), desarrollado por el Instituto Europeo de Administración de Empresas (Insead), de alcance internacional y con sede en París.

Como primeras conclusiones, Madrid, Navarra, Cataluña y País Vasco, por este orden, se colocan en los primeros puestos del índice global, construido en base a los datos de los seis pilares fundamentales, compuestos a su vez por 52 subindicadores menores. En el lado opuesto de la tabla se encuentran, en orden descendente, Extremadura, Murcia, Castilla La Mancha y, en última posición, Canarias.

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Los seis grandes pilares describen la facilidad para generar, atraer, desarrollar y retener talento, así como la disponibilidad de contar con capacidades técnicas y con instituciones generadoras de conocimiento, que contribuyan a acrecentar el impacto de su utilización sobre el nivel de progreso de las sociedades. Con este documento, “hemos abordado uno de los activos más relevantes y difíciles de caracterizar de la economía intangible, como es el talento”, explicó Jorge Barrero, director general de Cotec. Y, aunque es probable que el resultado sea incompleto y esté sujeto al debate, prosiguió, cuenta con la fortaleza de basarse en datos estadísticos y en una metodología validada.

Se observa, entre otros puntos, una correlación directa entre los resultados autonómicos de talento y la renta por habitante. Según los últimos datos de Eurostat, Madrid fue la más rica entre las regiones españolas en 2017, con un PIB per cápita de 33.800 euros. A continuación se situó País Vasco, con 33.000 euros, Navarra, con 30.900 euros y Cataluña, con un PIB de 30.100 euros en cuanto a ingresos por persona. En el extremo opuesto se encontraron Extremadura (17.600 euros), Melilla (18.000 euros) y Andalucía, cuya renta fue de 18.600 euros. Esta brecha entre el norte y el sur coincide en gran medida con los resultados, y es que “aprovechar el talento favorece la renta y la productividad, al tiempo que el progreso económico trae mayor capacidad de invertir en talento”.

A pesar de estas desemejanzas, prosiguió la directora de proyectos internacionales del Ivie, Matilde Mas, hay una línea más o menos común que se repite a lo largo de todas las regiones: existen más semejanzas en los indicadores de entrada de talento, los cuatro primeros, que en los de impacto de talento, los dos últimos. “Esto deja entrever que las condiciones para introducir el talento son necesarias, pero no suficientes para obtener los resultados deseables de su utilización”, afirmó.

Hay una correlación directa entre el talento y la renta per cápita de cada comunidad

Es por esto por lo que se puede entender, en opinión de los expertos, que el círculo virtuoso de apostar por el impulso de estas competencias y habilidades pasaría por conseguir que una región despegara en la generación, atracción, retención y desarrollo del talento para conseguir con ello un impacto en su renta por habitante. De esta manera, cada zona podría reforzar la inversión en nuevo talento y conseguir así un crecimiento sostenible, medioambientalmente neutral y basado en un recurso ilimitado como es el de la aplicación eficiente de la inteligencia y los recursos.

El resto de las regiones, que muestran rasgos tanto positivos como negativos en la gestión de este potencial, se sitúan en la zona intermedia de la tabla. Aragón, Cantabria, La Rioja y Asturias muestran, por ejemplo, una buena posición en retención de talento. Las Islas Baleares destacan en apertura, la Comunidad Valenciana en crecimiento del talento, y, por último, Galicia y Castilla León lo hacen en educación formal.

Pero los datos no se reducen únicamente al aspecto territorial. El estudio recoge también la posición de España en el ranking internacional, donde ocupa el puesto 31 de un total de 119 países, con niveles de atracción y retención similares a los de Portugal, Corea del Sur, Lituania o Chile. España destaca en los ámbitos de educación formal, debido a las altas tasas de matriculación universitaria, en sostenibilidad, por su aún fuerte sistema de pensiones, y en estilo de vida, tanto desde el punto de vista medioambiental como de seguridad personal. Debería mejorar, según el informe, en las relaciones entre administración y empresa y en la utilización de la tecnología.

Fuente: El País