La argentina Pluspetrol no tiene actividad en plataformas petroleras, pero aun así ha tenido que aprender mucho sobre la logística off-shore. Con la excepción de sus operaciones en la cuenca neuquina del país austral, donde se encuentra el mega yacimiento de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta, los principales pozos de los que extrae hidrocarburos —en Perú, Bolivia, Angola y el norte de Argentina— están ubicados en zonas selváticas que a veces exigen replicar las técnicas de la producción en el mar. Con una fuerte impronta en operaciones de logística compleja, Pluspetrol ha alcanzado una producción de 434.000 barriles de petróleo equivalentes diarios, un volumen que la posiciona como una de las grandes petroleras privadas de América Latina.

La empresa fue fundada a mediados de los años 70, cuando comenzó sus operaciones en Neuquén (Patagonia) y en el Yungas de la provincia de Salta, una zona de selvas subtropicales en el norte de Argentina. Al igual que otras petroleras de capitales nacionales, comenzó siendo proveedora de servicios de la estatal YPF, el actor dominante de la industria. Hoy es responsable del 6,3% de la producción argentina de crudo, de acuerdo a las cifras del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, pero la empresa hace un culto del bajo perfil y no es un nombre muy conocido en el país. Fue fundada por las familias locales Rey y Poli, que siguen siendo accionistas, según fuentes del mercado, pero la compañía no da información sobre la composición de la propiedad ni sobre su negocio, más allá de lo que publica en su página web.

Pluspetrol tiene un papel más visible en Perú, donde es el operador de Camisea, el principal yacimiento gasífero del país y uno de los más importantes de América Latina. Entre septiembre de 2016 y el mismo mes de 2017, Camisea representó alrededor del 85% de la producción de gas de Perú. La empresa argentina tiene el 25% de los lotes 88 y 56 (juntos conforman el yacimiento), que iniciaron operaciones en 2004 y 2008, respectivamente. La participación de Pluspetrol en la explotación representó ingresos por 499 millones de dólares y un resultado de explotación de 244 millones en el ejercicio cerrado en septiembre de 2017, según la calificadora de riesgo peruana Apoyo & Asociados, asociada a FitchRatings. La empresa opera dentro un consorcio en el que se integran Hunt Oil, SK Energy, Tecpetrol, Repsol y Sonatrach.

Camisea significó el mayor proyecto energético de Perú de las últimas décadas y una hazaña de ingeniería para el país. La explotación del yacimiento requirió la construcción de un gasoducto de 730 kilómetros que nace en la selva peruana, cruza la Cordillera de los Andes y llega hasta la costa del Pacífico. Llevó gas natural a Lima por primera vez y más del 40% de la energía eléctrica del país es producida a partir de sus recursos. Para la petrolera argentina fue un desafío logístico que la obligó a aplicar las técnicas de la producción off-shore en plena amazonia peruana, como el traslado de equipamientos por vía aérea y fluvial, ante la imposibilidad de construir rutas.

Entre dos continentes

Perú y Argentina son los países más importantes en términos de generación de beneficio, pero también produce en Angola y Bolivia y explora en Colombia y Venezuela.

Sus operaciones en el mega yacimiento peruano de Camisea, que produce más del 80% del gas del país, generan ingresos por 499 millones.

En Argentina tiene una posición importante en la cuenca neuquina, al noroeste de la Patagonia. En 2009 adquirió activos en las provincias de Mendoza y La Pampa que hoy son su mayor fuente de petróleo en el país.

“En Argentina la producción de Pluspetrol está más diversificada, pero en Perú tienen la operación de Camisea, un desarrollo que la ha posicionado como una productora internacional”, afirma Roberto Carnicer, jefe de la consultora Hub Energía y director del área de Energía y Oil&Gas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral. Para complementar su actividad en el mega yacimiento peruano, la compañía construyó una planta procesadora de líquidos de gas natural y una terminal portuaria en la ciudad costera de Pisco.

Extraer petróleo en medio de la selva no solo es complejo en términos de logística. Las cuestiones medioambientales y la relación con las comunidades locales suelen ser uno de los mayores retos. Pluspetrol destaca el manejo de estas situaciones como una de sus “áreas de experiencia”. Un episodio especialmente resonante se dio a raíz de sus actividades de exploración en la región tropical de Junín, en un área selvática del centro de Perú. En febrero de 2015, los enfrentamientos entre la policía y cientos de manifestantes que se oponían a la actividad de la empresa, acabaron con un muerto y decenas de heridos. Con las imágenes de choques violentos en pleno centro de la localidad de Pichanaqui transmitidas por televisión, el entonces ministro de Energía y Minas del país afirmó que daría tres días a la empresa argentina para retirarse de la zona.

La amenaza, sin embargo, nunca se concretó. Según informó el diario peruano El Comercio el año pasado, la empresa negoció acuerdos con 34 comunidades nativas, nueve organizaciones indígenas y 141 poblados de colonos para seguir adelante con las operaciones. La exploración en el Lote 108, por la que se desató el conflicto, es una gran apuesta de la empresa. “Estamos cerca de un gran descubrimiento de petróleo”, afirmó un gerente de la empresa en un foro de la Sociedad Geológica de Perú el pasado octubre. La petrolera estimó entonces que podía encontrar entre 900 millones y 2.400 millones de barriles de petróleo. La empresa tiene asimismo producción de petróleo en el norte de Perú, en la región de Loreto, donde también ha enfrentado la resistencia de las comunidades indígenas.

Gas en Bolivia

Otras operaciones importantes son las de Bolivia, donde extrae gas en la zona de Tacobo y tiene una fuerte actividad de exploración. Llegó al país en 1990 para instalar una planta de tratamiento de gas, a lo que siguió la construcción de un gasoducto de 28 kilómetros de longitud para exportar a Argentina desde los yacimientos de la zona de Bermejo, en el sur.

Uno de los hitos de la historia del grupo se produjo fuera de la región. En 2013 se convirtió en la primera empresa en producir petróleo on shore en Angola desde la independencia del país en 1975. La empresa opera un yacimiento en la región de Cabinda, un enclave angoleño rico en hidrocarburos dentro la cuenca del Congo.

La empresa tiene más de 200.000 hectáreas con alto potencial en la cuenca neuquina, la más importante de Argentina. Las mayores expectativas están en los proyectos para producir petróleo y gas no convencional en Vaca Muerta, que todavía están en una etapa incipiente.

Fuente: El País