Pese a que el Gobierno del PP tiene como bandera la bajada de impuestos, hasta el año pasado no logró reducir la presión fiscal desde que Rajoy ocupa La Moncloa. Durante sus primeros años como presidente subió todos los impuestos. Y aunque la rebaja fiscal de 2015 sirvió para aliviar los bolsillos de los contribuyentes, la carga fiscal seguía siendo más pesada que cuando llegó. Y aún así es insuficiente para financiar los gastos públicos.

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La caída de la presión fiscal de España que muestran los datos publicados ayer por Eurostat se debe sobre todo al fuerte crecimiento económico. Si el PIB crece más que la recaudación, la presión fiscal disminuye. Es lo que ocurrió el año pasado. Esto provocó que el diferencial de ingresos tributarios entre España y la eurozona volvió a dispararse. Supone ya 7,2 puntos del PIB. Es decir, que España podría recaudar casi 75.000 millones más si tuviera la presión fiscal media de los países del euro. Desde Hacienda explican oficialmente que mantienen la presión fiscal en ese nivel bajo para estimular el crecimiento económico.

Para dar una idea del nivel de recaudación de España (34,1% del PIB), no hay como compararse con los países de nuestro entorno. Francia, por ejemplo, tiene un nivel de recaudación equivalente al 47,6% del PIB. Portugal goza de una presión fiscal del 36,9%. Y Alemania del 40,4%.

Sin embargo, los ingresos públicos son sustancialmente inferiores a la media europea porque su estructura fiscal es poco eficiente. El IRPF, el IVA y las cotizaciones sociales explican gran parte de la diferencia. En primer lugar, la alta tasa de desempleo provoca que caigan las retenciones del impuesto sobre la renta. En segundo lugar, este tributo, el que más recursos aporta al sistema fiscal, está cuajado de una pléyade de deducciones, bonificaciones y desgravaciones que lo convierten en un queso gruyer.

Irlanda, con los impuestos más bajos

La estadística difundida ayer por Eurostat revela que Irlanda es el país europeo con menor presión fiscal. La proporción de su recaudación en relación al PIB apenas alcanza el 23,8% frente al 41,3% de la media de la eurozona.

Irlanda se caracteriza por ser uno de los países con los impuestos más bajos. Muchas multinacionales han trasladado ayer su sede para disfrutar de las ventajas fiscales.

El agujero de estos beneficios fiscales supone que las arcas públicas dejen de ingresar cada año unos 50.000 millones. Algo parecido ocurre con las cotizaciones sociales. Además de los parados y el menor número de empleados, en España la base máxima de cotización está topada y en otros países europeos no existe este límite para las rentas más altas.

Por último, la brecha fiscal también se explica por el IVA. España aplica tipos reducidos, gravados al 10% frente al tipo general del 21%, al sector turístico. De esta forma, el transporte, la hostelería y los hoteles gozan de unos gravámenes más bajos. Además, existen grandes bolsas de fraude en este impuesto sobre el consumo, algo que también ocurre en los países del mediterráneo.

Por eso, tanto la Comisión Europea como el Fondo Monetario Internacional recomiendan a España que reduzca la cartera de bienes gravados al tipo reducido del 10%. De hecho, algunos expertos consideran que si todos los productos estuvieran al tipo general, este podría reducirse.

La presión fiscal de España se reduce por primera vez desde que Rajoy es presidente

Fuente: El País