La recaudación por impuestos verdes subió un 3,3% en 2018 en comparación con el año anterior, según el avance publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo divide estos tributos en tres categorías: impuestos sobre la energía, impuestos sobre el transporte e impuestos sobre la contaminación y los recursos. En su conjunto, estos gravámenes aportaron 22.066 millones de euros a las arcas públicas el año pasado, la cifra más alta desde 2008, frente a los 21.371 millones de 2017. 

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Pese al incremento en términos absolutos, el peso de estos impuestos sobre el total de la recaudación ha sufrido un retroceso de dos décimas con respecto a 2017, al pasar del 8,3% al 8,1%. Este desempeño hace aun más complicado acercarse a la media comunitaria. Los datos de Eurostat denotan como la recaudación verde en España sigue rezagada en comparación con muchos países de su entorno: el peso que estos gravámenes tenían sobre el PIB en 2017, últimos datos comparables proporcionados por la oficina estadística europea, era del 1,83%. Lejos del 2,4% de la media de la UE. 

De acuerdo con la estadística del INE, el 82,7% de lo recaudado por los impuestos ambientales se correspondió a gravámenes sobre la energía, el 13% sobre el transporte y el 4,3% sobre la contaminación y los recursos. Los hogares pagaron el 51,8% del total de estos tributos. En concreto, abonaron el 76,7% de los impuestos sobre el transporte y el 50,4% de los impuestos sobre la energía, mientras que las ramas de actividad —transporte, almacenamiento y manufacturera fueron las que más pagaron; construcción, industrias extractivas y agricultura las que menos— abonaron el restante 48,2% (el 96,9% de los impuestos sobre la contaminación y los recursos y el 49,6% de los impuestos sobre la energía).

Los impuestos energéticos, que se aplican a carburantes y emisiones de gas, representan una de las cuatro grandes categorías que utiliza la UE para clasificar los tributos verdes —además de los que gravan la propiedad de vehículos, la contaminación y los que están vinculados con la actividad de extracción de recursos naturales—. Se trata de la partida de recaudación más voluminosa dentro de este tipo de impuestos, pero en España su peso es aún mayor: un 82,9% en 2017 (82,7% en 2018) frente al 76,9% de la media UE.

Fuente: El País