A pesar de la sequía, la renta agraria experimentó en 2017 un incremento medio del 4,9% según la primera estimación elaborada por el Ministerio de Agricultura, y se situó en 28.462 millones de euros. Este volumen supone una nueva cifra récord superando los 27.126 millones de euros del ejercicio anterior. En el equivalente al trabajo desarrollado por una persona durante un año a tiempo completo, la renta ascendió a 31.136 euros.

El incremento de los ingresos agrarios responde en gran medida al mejor comportamiento que tuvieron las producciones ganaderas sobre el ejercicio anterior en volumen, con un incremento del 0,2%, pero sobre todo a los precios, que vivieron una subida del 8,6%. En otros sectores destaca la estabilidad en la oferta en huevos y el incremento del 25% en los precios; la ligera caída en la producción de porcino con un incremento del 10.6% en los precios; y también el buen comportamiento de las producciones de vacuno. Por lo que se refiere a la leche de vaca, aumentó la producción y también mejoraron los precios, aunque sin llegar a los niveles de las cotizaciones de hace tres campañas.

Cereales a la baja

En lo que afecta a las producciones agrícolas, en la parte negativa se encuentran fundamentalmente los cereales con una caída en la producción de 27,8%, pero con un incremento de los precios, al menos oficialmente, del 7,8%. La patata tuvo un año negro con una caída de los precios de casi el 50%. El vino experimentó una reducción de la cosecha del 14,2%, aunque los precios subieron un 15%. En el caso del aceite se computan los datos de la campaña anterior donde la producción bajó un 8,2%, pero con una subida de precios del 20,4%. Frutas y hortalizas también arrojaron un balance positivo.

Junto al comportamiento de las producciones, el crecimiento de la renta respondería igualmente a la estabilización de los gastos en medios de producción con un descenso en la demanda del 0,7% y del 0,6% los precios, con un valor de unos 21.000 millones de euros. Oficialmente el sector gastó un 3% menos en piensos, por la bajada de los cereales, un 10,4% menos en fertilizantes y un 8,8 % más en energía. Las subvenciones se mantuvieron estabilizadas en 6.464 millones de euros.

Fuente: El País