La Semana Santa es uno de los períodos de vacaciones en los que se producen más desplazamientos en las carreteras españolas. Solo para los cuatro últimos días de esta semana, la Dirección General de Tráfico prevé que habrá nueve millones de viajes en todo el territorio español. Y los conductores tendrán que gastarse más dinero que el año pasado en llenar el depósito de gasolina o gasóleo, ya que el arranque de este período vacacional coincide con un momento en el que el precio de los carburantes empieza a repuntar y ya recoge el incremento de precios que ha sufrido el barril de Brent en los últimos doce meses.

Los datos del Boletín Petrolero de la UE así lo avalan. El litro de gasolina de 95 octanos se está vendiendo en España a una media de 1,220 euros, lo que supone un incremento del 0,6% respecto al mismo período de 2017. En este caso no coincide con la Semana Santa, puesto que el pasado año se celebró en abril y no en marzo. Por su parte, el litro de gasóleo se vende a 1,129 euros, con un encarecimiento anual del 3%. Y parece que solo será el principio de una subida progresiva de los precios que refleje la apreciación del petróleo en los últimos doce meses. Entre marzo de 2017 y marzo de 2018, el barril de Brent, de referencia en Europa, ha pasado de 50,75 dólares a bordear los 70 dólares, con un incremento del 37,5% en ese período.

Otro dato que apunta en ese sentido es que los precios de venta al público en España siguen estando entre los más baratos dentro de la Unión Europea. En el caso de la gasolina de 95 octanos se sitúa en decimoctava posición entre los 28 países que componen la UE. De hecho, hay cuatro naciones con precios por encima de 1,4 euros por litro (Finlandia, Suecia, Francia y Portugal) y otras cuatro que incluso la comercializan por encima de 1,5 euros (Italia, Holanda, Grecia y Dinamarca). Todas ellas muy lejos de los 1,22 euros de media en España.En el caso del gasóleo, los precios en España son todavía más baratos que en el de la gasolina. Entre los 28 países de la UE, España figura en la vigesimotercera posición, con 1,12 euros por litro. Solo Austria, Lituania, Polonia, Bulgaria y Luxemburgo la venden más barata. En el otro lado hay tres países con precios por encima de 1,3 euros (Grecia, Finlandia y Francia) y otros tres con precios por encima de 1,4 euros (Suecia, Italia y Reino Unido).

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La principal razón de esta diferencia de precios con respecto a los países de nuestro entorno está muy relacionado con el diferente peso que los impuestos que gravan los hidrocarburos tienen en cada país.Los últimos datos de la Comisión Europa, correspondientes a mediados del mes de marzo, recogen que del precio final de venta al público en España, el 55% del total son impuestos en el caso de la gasolina de 95 octanos y el 50% en el del gasóleo. Ambos porcentajes están lejos del resto de países de la Unión Europea. El peso de los impuestos en la gasolina de 95 octanos en la UE-28 es de una media del 63% (ocho puntos más que en España), mientras que el del gasóleo es del 57% (siete puntos más que en España). La brecha es aún mayor con respecto a países como Francia (nueve puntos más en la gasolina y once en el gasóleo), Reino Unido (diez puntos en la gasolina y catorce en el gasóleo) o Italia (diez y doce puntos respectivamente). Especialmente llamativo es el caso de Grecia, en el que el peso de los impuestos del gasóleo es similar al de España (52% frente al 50%), mientras que existe una diferencia de once puntos en la gasolina (55% frente al 66% del total). Los sucesivos rescates a la economía griega tuvieron como contrapartida fuertes subidas de impuestos para incrementar los ingresos y reducir el nivel de economía sumergida. Y uno de los más recurrentes fue el que grava los hidrocarburos. Ello ha llevado a que la gasolina de 95 octanos de Grecia sea la tercera más cara de la UE, con un precio medio de 1,52 euros, casi un 25% más cara de la que se vende en España.

La teoría indica que en aquellos países en el que la fiscalidad sobre los hidrocarburos es más elevada, las subidas o bajadas del precio del petróleo se transmiten con menor intensidad en la medida en que la parte a la que afectan las oscilaciones es menor. De esta manera, el alza del petróleo en la UE solo se repercute sobre el 37% del precio final de la gasolina (el restante 63% son impuestos) y al 43% del gasóleo (el 57% son impuestos), mientras que en el caso de España, las subidas o bajadas del Brent se aplican sobre el 45% del precio final en la gasolina y el 50% en el del gasóleo. Así, si se comparan los precios de los últimos doce meses, en los países donde la carga fiscal es mayor que en España, como Alemania, Grecia o Italia, el incremento ha sido menor o incluso ha habido bajadas.

Entre marzo de 2017 y marzo de 2018, el litro de gasolina en Alemania se vende un 2,7% más barato, mientras que en Grecia y en Italia apenas ha subido medio punto, por debajo de la subida del 0,6% en España. Un resultado similar se obtiene en el caso del gasóleo: los precios de venta al público en Alemania, Grecia, Italia o Reino Unido han crecido menos que en España. La única excepción se ha producido en el caso de Francia. En los últimos doce meses, el precio de la gasolina se ha incrementado un 5,4%, nueve veces más que en España, mientras que el del gasóleo ha crecido un 11,2%, el doble que en España. Todo ello pese a que los impuestos son mucho más elevados.

En este contexto, ¿cómo se comportarán los precios de venta al público en el corto plazo, teniendo en cuenta la fuerte subida de precios del crudo? El barril de Brent se ha encarecido un 37,5% anual y se ha situado rondando los 70 dólares. Si este incremento se hubiera trasladado íntegramente sobre el precio del surtidor (siempre teniendo en cuenta que no afecta a la parte fija que componen los impuestos), el precio de la gasolina estaría en la actualidad en el entorno de los 1,41 euros por litro y el del gasóleo por encima delos 1,31 euros por litro. En ambos casos muestra que existe recorrido para que los precios sigan al alza, cercano al 16%. El impacto, sin embargo, no será igual en todas las comunidades autónomas, ya que el peso de los impuestos tampoco es igual en todas las regiones. Cada uno aplicó el céntimo sanitario (reconvertido en el impuesto sobre las ventas minoristas de determinados hidrocarburos) en función de sus necesidades y eso provoca que el precio de la gasolina y del gasóleo muestre muchas diferencias por autonomías.

Hay cuatro (País Vasco, Navarra, La Rioja y Castilla y León) que no aplican el tramo autonómico de ese tributo, mientras que hay otras ocho (Andalucía, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Murcia y Comunidad Valenciana) que aplican el recargo máximo (48 céntimos por cada 1.000 litros). Los últimos datos del Ministerio de Industria, Turismo y Energía, que analiza semanalmente los precios de 10.000 estaciones de servicio, reflejan esa dispersión en las tarifas. En el caso de la gasolina, los precios más caros se encuentran en Galicia y Cataluña, con un gran número de gasolineras que venden el litro por encima de los 1,4 euros, mientras que en el otro lado aparecen Aragón y Navarra como las más baratas, con tarifas por debajo de los 1,1 euros. En el del gasóleo, las estaciones de servicio situadas en Galicia, Cataluña y Baleares aparecen entre las más caras de España, con precios cercanos a los 1,3 euros por litro. Aragón, Navarra y la Comunidad Valenciana figuran entre las más baratas rondando el euro por litro.

Fuente: El País