La sequía se llevará esta campaña por delante más del 40% de las producciones de cereal previstas. Un millón de hectáreas de cultivo están afectadas por los calores y la falta de lluvias, según las estimaciones de las organizaciones agrarias y los datos manejados hasta la fecha por las entidades aseguradoras integradas en Agroseguro. A los daños producidos por la caída de rendimientos, o simplemente por la imposibilidad de segar, se suman mayores costes en alimentación animal, desde el empleo de piensos hasta el transporte de agua a las explotaciones. A todo ello se añaden los daños sobre las superficies de viñedo, olivar o frutos secos sin dotaciones de riegos.

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El Ministerio de Agricultura tiene previsto convocar esta semana una mesa técnica de la sequía para evaluar la situación, aunque en la misma no se esperan acuerdos ni medidas de ayuda, algo que no se descarta más adelante.

Según Agroseguro, hasta esta semana se habían registrado partes de sequía sobre casi 700.000 hectáreas pertenecientes fundamentalmente a Castilla y León, con casi 400.000; Castilla La Mancha, con más de 100.000; y más de 30.000 hectáreas en Aragón y Andalucía. Sin embargo, la ola de calor está afectando a zonas más al norte donde hasta la fecha, por su climatología más fresca, las superficies de cultivo mantenían una producción normal.

Sobre una superficie de cultivo media superior a los seis millones de hectáreas entre cereales y oleaginosas como el girasol, la superficie asegurada se eleva a 2,2 millones.Casi 400 técnicos están llevando a cabo trabajos de peritación y se estiman unas indemnizaciones superiores a los 100 millones de euros, que comenzarán a abonarse a partir del 15 de julio.

La producción prevista hace un mes por Cooperativas Agroalimentarias para cereales de invierno contemplaba una caída media del 30%, hasta las 14,3 millones de toneladas. En las estimaciones actuales la pérdida se acerca al 40%.

España, por el fuerte peso de sus cabañas ganaderas, consume anualmente 37 millones de toneladas de cereal, lo que obliga en una campaña normal a importar cerca de 20 millones de toneladas. Si se contemplan las importaciones de otros productos como soja o colza, el volumen sube a 30 millones. De momento los precios tienen una tendencia alcista, aunque habrá que esperar a ver los efectos de la ola de calor en las producciones de los países europeos desde los que se importa.

Fuente: El País