La falta de lluvia en los últimos meses y la escasez de agua embalsada en zonas de riego tienen, en el sector agrario, una traducción inmediata: incremento de costes de producción, reducción de la oferta, escalada de los precios en origen y necesidad en algunos casos de cambio de cultivos. A los problemas provocados en las pasadas cosechas de cereales y en parte de la vendimia, se suman ahora dificultades en las cabañas de las ganaderías extensivas de ovino, caprino y vacuno, en el olivar, en el sector de frutas y hortalizas, en las siembras de todos los cereales de invierno o en la remolacha en el Duero.

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Desde el sector hortofrutícola se advierte sobre los riesgos de fuertes subidas de los precios de hortalizas de hoja —como lechuga, coliflor, brócoli, etcétera— en los primeros meses del próximo año ante la decisión de miles de agricultores de no plantar por temor a no disponer de agua de riego.

Siembra amenazada en el cereal

El sector ha iniciado la sementera de unos seis millones de hectáreas de cereales de invierno en condiciones extremas en todas las zonas. Sembrar ha supuesto para los agricultores asumir el riesgo de perder trabajo y semillas, aunque aún es posible que haya una buena cosecha si cambian las condiciones climatológicas. Muchos agricultores en la zona sur han decidido no plantar cereal en secano y optar por la siembra de girasol en los próximos meses.

En el futuro más inmediato, las dudas se concretan en las próximas siembras de maíz o remolacha en primavera por temor a que no haya agua embalsada y por el coste que supone el uso del agua subterránea por el precio de la energía.

Menos rendimiento en la remolacha

Hace un año, en zonas de Castilla y León se tuvo que aplazar la recogida por estar los campos inundados. Ahora, por la sequía, los agricultores se han visto obligados en muchos casos a regar la tierra para sacar una remolacha con menos rendimientos en volumen y en riqueza. En la zona sur falta agua para la sementera.

Agua de desaladora en la huerta de Murcia

En el sector de frutas y hortalizas, la sequía y, sobre todo, la falta de agua embalsada han supuesto un incremento en los costes de producción ante la necesidad de utilizar agua desalada en la zona mediterránea con un coste tres veces superior, menos producción y un aumento de los precios en origen.

El sector avisa: lechuga, brócoli y coliflor se encarecerán a principios de 2018 por falta de agua

Para Juan Marín, presidente de Proexort y de la Comunidad de Regantes de Lorca, en Murcia, con unos 15.000 agricultores, el problema ya no es solamente la situación actual, sino la decisión de miles de cultivadores de reducir entre un 30% y un 40% nuevas plantaciones ante el riesgo de falta de agua. Una medida que ya afecta a los cítricos, y que repercutirá en la oferta de productos de hoja como lechuga, coliflor o brócoli. En una segunda fase también se reflejaría en otras producciones, como tomate, pimientos, etcétera… Ante esta situación, Marín reclama una nueva política para una mejor y más justa distribución y eficiencia en el uso del agua.

En el caso de fruta dulce, de hueso o de pepita —melocotones, peras, manzanas—, el sector mantiene actualmente un debate sobre la relación entre el coste del volumen de agua utilizada y el precio del producto ante la posibilidad de reducir o limitar superficies de cultivo.

Sin pastos para la ganadería

Las cabañas ganaderas extensivas, fundamentalmente vacuno, ovino y caprino, son las explotaciones más duramente afectadas por la falta de lluvias, ante la inexistencia de pastos desde la primavera pasada. Los ganaderos se han visto obligados a utilizar más piensos y, sobre todo, más paja. En el caso de los piensos, afortunadamente para los ganaderos, tienen bajos precios en los cereales. Mientras, en la paja, según datos de Europaja, los precios del producto puesto en explotación se han disparado hasta una media de entre 9 céntimos el kilo, si es de trigo, y de 11 céntimos, si es de cebada. Para dar una idea del precio: en Aranjuez, en Madrid, una zona de baja producción, hay operadores liquidando la cebada a los agricultores a 15 céntimos kilo.

Fuentes de la patronal Asoprovac estiman el incremento de costes en 1,5 euros por animal y día en alimentación, pienso y paja y otros 0,50 euros en agua. En el caso del ovino, estiman el aumento del coste en una tercera parte. Desde Asoprovac se destaca la entrada de menos animales para cebo de engorde, lo que podría reducir la oferta a medio plazo.

El regadío sostiene el olivar

La falta de agua en los secanos se ha reflejado en un recorte de la cosecha aproximadamente en un 15% sobre la campaña anterior, para quedarse en 1.100.000 toneladas. La caída no ha sido superior por la existencia de unas 770.000 hectáreas de olivar en regadío que dispuso de agua.

Fuente: El País