Para rescatar a la banca, España tomó prestado 41.000 millones de sus socios europeos, de los que todavía debe 31.700 millones. De ahí que la troika aún visite Madrid para evaluar la evolución de la banca y la economía española. Entre los retos que dibuja el equipo de la Comisión Europea y el BCE, resalta la escasa rentabilidad de las entidades, lastrada por los tipos bajos y la alta litigiosidad; la situación en Cataluña, y la “persistencia de resultados negativos” en la Sareb, el banco malo en el que se agruparon todos los activos dañados de las antiguas cajas de ahorros rescatadas, esto es: créditos e inmobiliario.

“Avanzar en la desinversión de su cartera de una forma rentable es un reto para la Sareb”, subraya el informe. Aunque destaca las iniciativas adoptadas para mejorar la actividad del banco malo, la troika hace hincapié en la necesidad de hacer más “para finalizar la venta de sus activos a la vez que preserva el valor de sus fondos públicos”.

Pese a que por el momento la respuesta de los mercados ha sido “contenida”, sostiene el documento, “existe el riesgo de que los acontecimientos futuros en Cataluña puedan tener un impacto negativo en la economía y el sector financiero”. No obstante, los hombres de negro consideran que la banca española mostró resistencia a los episodios de “moderada volatilidad” que se dieron por Cataluña.

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También señala lo bien que aguantó el sector bancario la liquidación del Popular, que tilda de éxito al no causar pérdidas ni a contribuyentes ni a depositantes. Sin embargo, apunta los riesgos que existen por litigios para el comprador del Popular, el Banco Santander, y el fondo de rescate español, el Frob.
En opinión de la troika, las autoridades españolas necesitan avanzar más con la privatización de Bankia, aprovechando que mejoran las condiciones de mercado.

La Comisión y el BCE piden, además, que se haga de verdad efectiva la reforma de las cajas de ahorros, fijando los incentivos adecuados para que las fundaciones que las controlan vendan sus participaciones de control.

Incluso si se han hecho muchos progresos, insiste en que algunas entidades deben proseguir con la limpieza de sus balances de activos morosos. Y anima al sector bancario a seguir mejorando su rentabilidad ganando en eficiencia, por ejemplo avanzando en el grado de digitalización.

Pese a que la banca española debería ser capaz de sobrellevar la nueva regulación europea para provisionar créditos morosos, recomienda a los supervisores que vigilen el impacto que pueda ocasionar en la ya apurada rentabilidad de los bancos. En el plano macroeconómico, recuerda que aún hace falta seguir bajando la deuda y continuar con reformas para lograr un crecimiento más igualitario.

Fuente: El País