La Unión Europea no quiere que la sangre llegue al río y asegura que van a corregir lo necesario. El problema es que el conflicto con Estados Unidos por las ayudas a Airbus arrancó en 2004 y que en 2011 la UE ya se comprometió a quitar las subvenciones irregulares. La batalla ha estado plagada de denuncias cruzadas, apelaciones e informes especiales. El objetivo de cambiar de actitud ahora sería sortear represalias por parte de Estados Unidos en forma de aranceles.
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Robert Lighthizer, representante de Comercio Internacional de EE UU, es contundente al reaccionar a la decisión la Organización Mundial de Comercio, que le da la luz ver para ir más allá de las amenazas y pasar a la acción. “Si la Unión Europea no actúa para dejar de quebrantar las reglas y dañar nuestros intereses, tendremos que seguir adelante con medidas contra productos europeos”.
“Pasó demasiado tiempo para que acabaran con estos subsidios”, insiste. La Administración que presidente Donald Trump se apunta la conclusión final como una victoria de sus tácticas. Pero esta es una batalla que los dos socios libran desde hace 14 años. Bruselas disparó primero acusando a Boeing de recibir ayudas estatales y federales. Washington respondió con una queja similar por los subsidios europeos a Airbus.
Desde entonces, la organización que hace de árbitro en las relaciones comerciales se pronunció en varias ocasiones favorablemente hacia las dos partes. El informe, según el embajador Lighthizer, “confirma de una vez por todas que la UE ignoró las reglas de la OMC, y peor aún, sus subsidios costaron a las compañías aeroespaciales estadounidenses decenas de miles de millones de dólares en pérdidas de ingresos”.
El fabricante estadounidense Boeing ya celebró ayer esa posibilidad, que le daría sin duda una importante ventaja en su pulso con el rival europeo Airbus. Dennis Muilenburg, su consejero delegado, afirma que el mensaje es rotundo. “Ignorar las reglas y los subsidios ilícitos no se toleran”, advierte, «la decisión facilita que el Representante de Comercio solicite compensaciones en forma de aranceles a las importaciones europeas». Boeing explica que de llegarse a ese extremo, «sería la mayor autorización histórica de tarificación de la OMC como contramedida». Es una opción que ya se contempló hace dos años, pero que no se materializó a la espera de una solución del litigio.
Bruselas, sin embargo, ha optado por ver el vaso medio lleno. De hecho, prácticamente lleno del todo. Ha destacado hoy que en realidad «el Órgano de Apelación de la OMC rechazó ayer el 94% de las alegaciones de los Estados Unidos en la diferencia relativa al apoyo a Airbus y desestimó todas las alegaciones de los Estados Unidos de que cualquiera de las ayudas de la UE está abiertamente prohibida por las normas de la OMC».
Ataque directo a Boeing
Es decir: que si bien es cierto que hay algunos incumplimientos, el arbitraje ha rechazado cerca de 200 de las denuncias y no pone en duda que el sistema de préstamos en general, sino solo algunas aplicaciones concretas que no han sido legales. «La decisión deja a la UE con solo unas pocas obligaciones de cumplimiento pendientes. Ahora la UE tomará medidas rápidas para ajustarse a las normas de la OMC en lo que respecta a estos puntos restantes», promete la Comisión Europea. En concreto, el informe de la OMC sí condiera perjudicial la existencia de créditos a tipos de interés ventajoso otorgados y ayudas para el lanzamiento de los programas del A350 XWB y el A380. Pero, por ejemplo, deja fuera las supuestas subvenciones al A320 y el A330, los modelos más populares de Airbus, algo que habría sido complicado de compensar.
Y tras ese compromiso, la comisaria europea pasa directamente al ataque: recuerda que Airbus no es el único fabricante cuyas ayudas públicas están en cuestión. El propio Boeing también es protagonista de un litigio en sentido contrario. «El Órgano de Apelación de la OMC, el máximo tribunal de la OMC, ha acordado que la UE ha cumplido en gran medida con sus conclusiones originales. Significativamente, desestimó la gran mayoría de las alegaciones estadounidenses de que este apoyo había dañado las ventas de aviones de Boeing. Ahora esperamos con interés la próxima decisión del Órgano de Apelación sobre el cumplimiento por EE UU de las conclusiones de la OMC sobre el apoyo masivo y persistente del gobierno a Boeing», lanza.
«La UE lanzó un caso paralelo contra el apoyo del gobierno de los EE UU para los aviones Boeing en 2005. En ese caso, también estamos en la etapa de los procedimientos de cumplimiento después de que la UE argumentara ante la OMC que Estados Unidos no había hecho ningún esfuerzo para eliminar sus propios subsidios», apunta Bruselas. La compañía europea cifra las ayudas totales de Estados Unidos a Boeing para los programas del 787 y del 777X en más de 13.700 millones de dólares (11.500 millones de euros), algo que a su juicio es «la mayor subvención estatal en la historia de Estados Unidos».
Airbus devuelve las amenazas
El dictamen final de Ginebra llega, además, en un momento políticamente muy oportuno. Trump lleva cargando duro contra la OMC desde que se presentó como candidato a las presidenciales y acusa al organismo de ser parte de los problemas que sufre EE UU en el ámbito del comercio. El apoyo de Lighthizer a la decisión, por tanto, entra en contradicción con su intento por torpedearla. “El presidente ha sido claro”, insiste, “usará todas las herramientas disponibles para garantizar un comercio libre y justo que beneficie a los trabajadores estadounidenses”.
La saga, en todo caso, no está terminada. Queda pendiente decidir aún si Boeing recibió ayudas injustas por parte del Estado de Washington, tras apelar un dictamen adverso. La propia Airbus aprovecha para entrar por ahí en la pelea. En un comunicado asegura que mientras ellos «se preparan para realizar los ajustes necesarios de cara a implementar las recomendaciones» de la OMC (aunque no aclara qué cambios serán esos), «Boeing continúa empeorando su situación en cuanto a subsidios, recibiendo incentivos fiscales abusivos de Washington».
Y le devolvió a Boeing las amenazas sobre aranceles: avisa de que las sanciones que promete Estados Unidos sobre ella serán «mínimas», en comparación con las que la UE podrá exigir contra los subsidios de Boeing. La decisión de la OMC se espera para finales de este año o a principios de 2019, según anticipa el fabricante. Un dictamen contrarip podría, por tanto, colocar al organismo en una posición delicada frente al nacionalismo económico de Trump.
Fuente: El País