La debilidad mostrada por la Bolsa española tiene sus consecuencias. En un año en el que los principales índice europeos acumulan revalorizaciones de dos dígitos, el Ibex 35 se sitúa a la cola. Si bien es cierto que el selectivo español ha recuperado un 7,59% desde los mínimos de agosto, los ascensos en lo que va 2019 se limitan al 7,33%, lejos del 19,67% que registra el Mib italiano o el 16,15% del Dax alemán. Junto a la Bolsa española, el otro rezagado es el FTSE británico, que suma un 9,4%, con la peculiaridad de que este índice está próximo a los máximos registrados en mayo de 2018.

Como reflejo de esta pobre evolución, el pasado 23 de septiembre la representación española en el Stoxx 50 experimentó una notable variación. Las cotizadas españolas con presencia en este índice se redujeron a dos frente a los tres que venían existiendo desde 2010. Pero las modificaciones no se limitan a esto. BBVA y Telefónica fueron excluidas y en su lugar Iberdrola pasó a ocupar una de las vacantes. Lejos queda septiembre de 2008 cuando el Stoxx 50 pasó a estar integrado por cuatro firmas domésticas: Telefónica, BBVA, Santander e Iberdrola. Esta cuota se mantuvo hasta que en septiembre de 2010 fue expulsada Iberdrola.

La capitalización es uno de los criterios que se sigue a la hora de seleccionar a las compañías. La flaqueza que muestran las firmas españolas en el mercado las llevan a salir del podium de compañías europeas. Con un capitalización de 36.330 millones Telefónica ocupa el cuarto puesto dentro Bolsa española, seguido por BBVA, cuyo valor bursátil alcanza los 31.650 millones. Estas valoraciones se sitúan a años luz de los 111.000 millones y 71.300 millones que llegaron a registrar en 2007, coincidiendo con los máximos del Ibex 35. Por delante del banco que preside Carlos Torres y la teleco se sitúan a día de hoy Inditex (87.640 millones), Santander (61.490 millones) e Iberdrola (59.920 millones).

Los cambios que entraron en vigor el 23 de septiembre no se limitaron a la representación española. Enel, otra eléctrica, pasó a formar parte del Stoxx 50 y gracias a esto Italia, que desde 2015 contaba con solo dos embajadores, eleva su peso en el índice a tres (Intesa SanPaolo, Eni y Enel). El buen momento que vive el sector de las utilities no se limita al mercado español. Su perfil defensivo y sus atractivas rentabilidades por dividendo llevan a las energéticas europeas a acumular una subidas del 19,89% en el año. La presencia de este sector en el Stoxx 50 sube a tres frente al único embajador (Eon) de 2007. En el mismo periodo el cupo del sector financiero se reduce a 11 frente a los 18 de hace 12 años.

También ha habido movimiento en las filas británicas. El fichaje de la empresa de publicaciones Relx eleva a 16 el número de cotizadas británicas que componen el índice. A un mes del Brexit, Reino Unido se erige como el país con más representantes, seguido de Francia (11), Alemania (7) y Suiza (6 frente a las 7 de 2018).

La pérdida de cuota española no se limita al Stoxx 50. Aunque el Euro Stoxx 50 está integrado por seis firmas españolas tras la incorporación de Amadeus en septiembre de 2018, la presencia de valores nacionales en el Stoxx 600 se ha visto mermada. España cuenta con 26 cotizadas frente a las 34 que llegó a registrar en 2009. El máximo de representantes españoles no se registró entonces: en 2005 España consiguió colar en el índice 40 representantes entre los que se encontraban firmas que han desaparecido (Popular) y otras como Cepsa o Abertis que han dejado de cotizar.

Qué es el Stoxx 50

El Stoxx 50 se compone de las 50 principales compañías por capitalización bursátil en Europa incluido Reino Unido y Suiza, aunque también tiene en cuenta otros criterios, de ahí que no se incluya a Inditex. Se trata de un índice de referencia para el intercambio de ETFs y en él deben estar representados los principales sectores empresariales.

La proporción de cotizas británicas alcanza el 32% en el índice. Desde IG explican que cuando llegue el Brexit, Deutsche Boerse y Six Group, que son quienes diseñan el índice, tendrán que decidir si mantienen o no las compañías inglesas dentro del mismo, ya que al ser un índice compuesto exclusivamente por compañías europeas teóricamente deberían ser excluidas. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de las empresas que se engloban dentro de este índice son negocios globales, con ingresos en dólares y una geografía muy diversificada.

Fuente: El País