Tanto junio como julio son los meses fuertes de ventas de coches, cuando se matriculan uno de cada cinco vehículos de todo el año. Son una muestra del ánimo con el que particulares y empresas de alquiler afrontan el verano. Pues el pasado mes no fue bueno. Las ventas cayeron un 8,3% (130.519 unidades) y registraron las peores cifras desde 2016, consolidando a España como uno de los grandes mercados europeos que peor va. En el primer semestre las ventas han caído un 5,7% de turismos y todoterrenos y la patronal europea ACEA prevé que este año las ventas caigan un 1%.

«Hay menos gente que nunca en los concesionarios, se está posponiendo la decisión de compra hasta que se envíe un mensaje de que los coches diésel tienen futuro», afirma Gerardo Pérez, presidente de la patronal de concesionarios Faconauto. Su descripción pone de manifiesto un agravamiento de lo que está sucediendo desde hace meses: el canal de particulares no levanta cabeza y acumula diez meses consecutivos de caídas. En junio acumuló una contracción del 17,9% y sus datos absolutos (50.408) cada vez están más cerca de las matriculaciones realizadas por empresas de alquiler (40.972, un 5% más), que en ese mes aprovechan para preparar la campaña de verano. No hay comunidad autónoma donde crezcan las ventas de clientes no vinculados a empresas.

El presidente de Anfac, Mario Armero, describe la situación así: «Las ventas de vehículos encadenan ya tres trimestres de caídas, con lo que se puede hablar de crisis en la automoción». Las dudas sobre los coches impulsados por gasolina y diésel continúan mientras que los impulsados por motores alternativos no logran igualmente alcanzar el 11% de cuota de mercado. Los diésel alcanzaron en junio su penetración más baja de todo el año, un 25,9%. respecto a hace un año han caído un 33%, mientras que las 13 plantas españolas están acostumbradas a que casi dos terceras partes de su fabricación sean de esa tecnología.

Entre fabricantes, concesionarios y vendedores de vehículos había dudas de cómo sería junio, el inicio de un periodo importante para las matriculaciones anuales. Se daba por descontado que las cifras serían más bajas que las del verano  del año pasado, cuando el sector de la automoción empezó a realizar descuentos y automatriculaciones para sacarse de encima estocs antes de que entrara en vigor, en septiembre de 2018, la nueva normativa de control de emisiones WLTP, que dejaba sin opciones de venta a un grupo de vehículos que no la habían superado.

Gracias a ese cambio normativo se produjo el año pasado un incremento de ventas, hasta alcanzar las 142.397 unidades comercializadas. Pero los malos datos del último junio han sido peores también que los de 2017, cuando se matricularon 131.797 unidades. Y eso que este año también ha habido una cuota importante de automatriculaciones debido a una segunda fase de la norma WLTP que entrará en vigor en setiembre, pero de menor impacto.

«Las automatriculaciones pueden llegar a ser sanas para el sector siempre y cuando no superen el 5%, pero este mes calculamos que superamos el 10% y algunas marcas incluso superan el 30%», afirma el presidente de los concesionarios españoles. Esa fórmula es utilizada por los fabricantes para disimular sus ventas y aprovechar para poner sus vehículos con menores precios y evitar los problemas de estoc.

Ana Sánchez, directora general de Ganvam, acusa de la situación a «la inestabilidad política y la incertidumbre que envuelve al consumidor». Las tres patronales reclaman que el Gobierno tome cartas en el asunto y convoque el Consejo Estratégico de la Automoción, creado a finales del año pasado y que, desde entonces, no se ha vuelto a reunir. Reclaman un plan de achatarramiento urgente para evitar un mayor envejecimiento del parque español de vehículos.

Fuente: El País