Las ventas de vino registraron fuertes subidas en el mes de octubre, tanto las interiores como las exportaciones, gracias a los bajos precios, fruto de una campaña casi de récord en 2018, con una producción de 50 millones de hectolitros.

En España, el consumo creció un 7% en octubre en términos interanuales, hasta los 11 millones de hectolitros, lo que supone dejar atrás el estancamiento en los 10 millones sufrido en la última década, según los datos elaborados por el Observatorio Español de los Mercados del Vino. El sector del vino ha experimentado una gran caída de la demanda en las últimas décadas, pasando de un consumo de más de 40 litros por persona y año en los 80 hasta menos de 20 en la actualidad.

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En los mercados exteriores las ventas aumentaron el 10%, pero a base de fuertes bajadas de precios, especialmente de los no envasados, que cayeron más del 30%. Así, en los nueve primeros meses, pese a vender un 10% más en volumen, la recaudación se redujo un 7%, hasta 1.949 millones de euros. España fue en 2018 el mayor exportador mundial de vino, con más de 21 millones de hectolitros frente a los menos de 20 millones de Italia o los 14 de Francia. Sin embargo, el precio medio del litro de vino se situó en solo 1,22 euros, con un descenso de 23 céntimos.

Demasiada producción

 Con una superficie de unas 950.000 hectáreas de viñedo, España produce entre 35 y 42 millones de hectolitros de vino, con un pico de 50 millones, cuya salida pasa por la exportación ante un mercado interior estancado.

Ante esta situación de grandes ventas por volumen en lugar de calidad, Agricultura negocia con el sector desde este otoño una hoja de ruta para cambiar el rumbo.

Entre las medidas contempladas destaca la posibilidad de que la uva para vinificación tenga más de 9 grados de alcohol o que las producciones superiores a 150 hectolitros por hectárea (blancos) y 185 (tintos) solo se puedan destinar a vinos sin Indicación Geográfica, mostos o destilación. Se evitaría así el contraste entre producciones de hasta 40.000 kilos por hectárea de algunas zonas excedentarias y los 7.000 kilos que tienen fijadas denominaciones de origen como Ribera del Duero o Rioja. También se contempla la posibilidad de autorregulación de los mercados para controlar la oferta o sostener los precios.

Fuente: El País