Unicaja y Liberbank anunciaron el martes la ruptura de sus negociaciones para fusionarse, tras casi un año de contactos. Los inversores reaccionaron de manera diferente: las acciones de Liberbank registraron este miércoles una subida del 4,33%, mientras que, por el contrario, los títulos de Unicaja cayeron un 0,51%. Algunos analistas creen que se ha tenido en cuenta una posible opa de otro competidor sobre Liberbank, aunque otros justificaban la subida porque ya no necesitará ampliar capital.

Los dos bancos anunciaron en la tarde del martes el fracaso de sus negociaciones ante la imposibilidad de acordar una ecuación de canje. La decisión fue tomada por “unanimidad” de sus consejos y afirmaron que pueden continuar como bancos independientes.

Unicaja defendió desde el principio controlar el 60% del capital del banco fusionado por su mayor tamaño y solvencia, mientras que Liberbank quería que tuviera un 55% porque entendía que eso se ajustaba más a su valor bursátil y su mayor productividad. Incluso, el banco asturiano estuvo dispuesto a ceder hasta un reparto de poder del 58%-42%, pero la entidad malagueña no se movió.

El fin de este proyecto de fusión se notificó al Banco Central Europeo (BCE) y al Banco de España, según fuentes cercanas a la operación. Es fácil imaginar que la decisión de romper el principio de acuerdo no sido una buena noticia para los supervisores, que han pregonado sin disimulo su apuesta por la mayor concentración del sector bancario.

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El pasado 2 de abril, Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España afirmó: “Considero que, en el actual contexto de bajos tipos de interés, en el que muchos bancos están operando con rentabilidades por debajo de su coste de capital y con estructuras de costes muy pesadas, las fusiones son una alternativa clara para mejorar la rentabilidad y ganar en eficiencia”.

Y añadió: “El papel del supervisor no es decidir qué fusiones son deseables y cuáles no, sino valorar en qué medida una nueva entidad, resultante de un proceso de fusión, tiene un modelo de negocio sólido”.

¿Pueden caminar solos?

Se desconoce cuál sería la fortaleza de entidad fusionada, pero Unicaja y Liberbank dicen que pueden caminar solas. Fuentes financieras comentaron este miércoles que la fusión “no era un salvavidas para Liberbank” y que no buscó la operación “para solventar sus problemas, ya que había limpiado su balance con las ampliaciones de capital realizadas. Los supervisores no le hubieran permitido ser un lastre para Unicaja”.

El banco andaluz tiene pendiente una reducción de oficinas y plantilla que deberá hacer sin la excusa de una fusión, algo más difícil de aceptar por los inversores, aunque hará valer su alto nivel de capital. Pero tiene un punto débil: la rentabilidad de Unicaja es del 4%, una de las peores del sector. Las cartas se vuelven a repartir en la banca para hacer parejas. Abanca es quien mejor conoce a Liberbank. En febrero ofreció 0,56 euros por cada una de sus acciones (este miércoles cerraron a 0,40), pero los asturianos dicen que no buscan un salvador. Los supervisores observan con cierta tensión, ya que el sector es el “farolillo rojo de la solvencia europea”, dijo Delgado.

Fuente: El País