Llongueras ha sido y es el referente de la peluquería en España, desde que en 1958 abriera su primer salón en Barcelona y desde que en 1972 revolucionara un negocio segregado con la inauguración del primer espacio unisex. Sus cifras dan buena muestra de su importancia. Con una facturación de 45 millones de euros en 2017, cuenta con 20 salones propios repartidos por la geografía nacional, 52 franquiciados y 28 más en el resto del mundo, desde Japón a Chile, pasando por Portugal o la República Dominicana. Pero, sobre todo, su presencia exterior está concentrada en Argentina, donde administra 20 establecimientos.

Con estos datos no es de extrañar que a Llongueras le saliera más de un pretendiente, como el grupo Provalliance, que puso sus ojos en él hace más de una década y se hizo con la compañía el pasado enero. Una compra con la que la empresa francesa dueña de los establecimientos Jean Luis David sube hasta el top de la peluquería de lujo en España; un escalón que le faltaba por conseguir. A partir de ahora, el grupo gestionará una enseña en cada segmento de mercado, con Jean Louis David centrada en un sector de población joven y urbana; Franck Provost, en una mujer con un poder adquisitivo medio-alto, y Llongueras, en un cliente premium.

Las negociaciones empezaron en 2007, pero se interrumpieron al estallar la crisis económica en 2008. Ante esto y el incremento del IVA en 13 puntos que afectó muy negativamente al sector, el grupo Provalliance prefirió no continuar adelante y que cada compañía afrontara la crisis por separado. Hace dos años retomaron las conversaciones, tras la progresiva recuperación económica española y el crecimiento del sector de peluquería. “Nuestro objetivo siempre fue llegar a un acuerdo estratégico con la firma Llongueras por su notoriedad y valoración en España y en el mundo. Lluís, su creador, seguirá dentro del grupo como presidente no ejecutivo de la compañía y colaborador en la dirección artística”, explica Fréderic Logodin, director general de Provalliance en España.

El primer paso de este nuevo camino para la multinacional francesa fue la compra de ocho salones (solo los mejor situados) de la enseña Twentyone by Esther Llongueras, propiedad de la hija mayor del creador de la firma, que mantuvo con este una guerra empresarial y familiar que estalló en 2010 por el control de la compañía. Un episodio casi de telenovela que se saldó con el despido del fundador y con la asunción de una parte de la firma por parte de los dos hijos mayores de Llongueras y de su primera esposa. En 2012 firmaron la paz con un acuerdo que puso fin al enfrentamiento y con el que Lluís Llongueras volvía a la empresa. Así consiguieron tanto la estabilidad accionarial como la de los más de 550 trabajadores que por entonces tenía la compañía. “Nuestra fusión afecta a la parte de la empresa que gestionaba Lluís; los salones que siguen funcionando bajo la enseña Twentyone by Esther Llongueras y que no compramos en su momento no están dentro de la operación”, comenta Logodin.

El primero de España

Tras la fusión, la multinacional francesa se convierte en líder del sector de peluquería en España, gestionando más de 300 salones. Un liderazgo que se une al que ya ostenta en Europa y al segundo puesto que ocupa en el mundo. Cuenta con un catálogo de 12 marcas y más de 3.300 salones en el viejo continente (2.000 en suelo francés). En el resto del mundo, suma unos 20.000 colaboradores, repartidos en 31 países: China, Japón, Corea, Australia, México, Rusia…, y recibe más de 30 millones de clientes cada año. “De momento no estamos ni en Alemania ni en Reino Unido, pero sí está dentro de nuestros planes implantarnos en ambos países a través de Llongueras. Es una estupenda carta de presentación, allí le conocen y le valoran”, comenta Logodin.

Un acuerdo sin precio

Hay una incógnita que Provalliance se niega a despejar: el precio del acuerdo. La venta llega en la recta final de la carrera del estilista, que con 82 años y una dilatadísima trayectoria colaborará y asesorando al grupo francés. El que fuera peluquero de varios miembros de la familia real no ha cerrado del todo las grietas del conflicto que estalló con su primera mujer y sus dos hijos hace ocho años. En un programa de televisión afirmó a finales de enero que la última vez que se vieron

A partir de aquí, Provalliance expone sus ambiciosas cifras de facturación para este año, donde espera alcanzar 80 millones de euros en España, un 40% más que el pasado año (en Europa la cifra ronda los 1.000 millones). Aumento que llega tras la apertura de 30 nuevos salones con las marcas Jean Louis David y Franck Provost en 2017 y la previsión de otras 40 inauguraciones este año con las tres enseñas.

Con este acuerdo, sus proyectos apuntan a la creación de nuevas líneas estratégicas entre las que destacan la modernización y mejora de los salones Llongueras y la presentación de nuevas colecciones con renovados criterios de imagen. “Queremos que los espacios sean más acordes a la tendencia actual. Para ello vamos a invertir un millón de euros en dos años. Durante 2018 vamos a reformar todos los salones propios y la Escuela de Barcelona de la calle de Enric Granados, donde vamos a instalar la sede central del grupo. El año que viene le tocará el turno a la escuela de peluquería que Llongueras tiene en Buenos Aires (Argentina) y al resto de las escuelas básicas de peluquería”, dice Logodin.

Tras “la digestión y consolidación de la fusión durante este año”, el grupo Provalliance no se cierra a nuevas vías de crecimiento en España, a corto o medio plazo. “Es muy probable que anunciemos la compra de algún grupo de peluquería, pero no puedo desvelar más”.

Y es que aunque el sector de peluquería en España ha arrastrado desde 2012 dificultades para crecer (la subida del IVA contribuyó al cierre de más de 8.000 establecimientos), parece que desde 2015 se ha puesto el semáforo en verde para este negocio en general y para el de las franquicias en particular. Para Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) el sector experimenta un gran crecimiento. El 81% de los profesionales perciben que sus negocios han crecido y que generan empleo.

Y aunque la pequeña empresa sigue ocupando su nicho, según datos del informe 2017 de la Asociación Española de Franquiciadores, la facturación de las franquicias ha adelantado con mucho a la de los locales independientes, situándose en 563 millones de euros, frente a los casi 152 millones del resto de establecimientos. “España tiene un importante potencial de crecimiento. Pasadas las turbulencias del problema catalán, mejorará la situación y se consolidará el sector”, afirma Logodin.

Fuente: El País