Los mercados aguardan con ansiedad el que puede ser el final de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Los bonos soberanos del país se disparan un 7%, después de que el líder opositor Juan Guaidó se haya autoproclamado como presidente interino. El presidente de EE UU, Donald Trump, y el de Canadá, Justin Trudeau, ya han anunciado que reconocen al líder, al igual que prácticamente los Gobiernos de Colombia, Perú, Brasil, Ecuador, Paraguay, Costa Rica, Argentina y Chile. Por el momento, solo México ha anunciado que no reconocerá «por el momento» a Guaidó como presidente interino. Todo ello en medio de unas protestas populares que inundan el país.

El precio de los bonos venezolanos escala hasta el 30% del nominal, su nivel más alto desde junio. Su rentabilidad, que discurre de forma inversamente proporcional al precio, cae un 4% hasta el 33%. Desde principios de año su precio sube un 32%.

Se trata de 4.000 millones en bonos con vencimiento en 2027 que se encuentran actualmente en situación de default. Las alzas en la deuda se han propagado también a otros bonos soberanos del país y de su petrolera nacional, PDVSA.

No obstante, este repunte podría desvanecerse si los militares reiteran su apoyo al presidente Nicolás Maduro, afirma el jefe de Torino Capital, Francisco Rodríguez. Según el experto, «no está claro cuánto tiempo sobreviviría Maduro si Venezuela pierde la capacidad de vender petróleo a Estados Unidos» y explica que las consecuencias podrían ser a la congelación de los activos de Libia por EE UU en 2011 y la salida de Muammar Gadafi unos meses después.

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Por el momento, Maduro ha anunciado ya la ruptura de las relaciones diplomáticas y políticas con EE UU. Después de que Trump reconociera a Guaidó como nuevo líder de Venezuela, Maduro ha dado 72 horas al personal diplomático norteamericano para abandonar el país a pesar de que el propio Guaidó ha mostrado su deseo porque «mantengan su presencia diplomática» en el país, según ha publicado a través de Twitter.

Los problemas de Venezuela con los mercados financieros se recrudecieron en noviembre de 2017, cuando Maduro anunció que suspendía el pago de los intereses de algunos títulos, en medio de la crisis económica y de la prohibición de la administración Trump a todo banco que opere en EE UU de negociar cualquier tipo de reestructuración o quita. Actualmente Venezuela acumula 9.000 millones de dólares en intereses de sus bonos impagados, según los cálculos de Bloomberg.

Los mercados esperan que un golpe de timón en Venezuela sirva para impulsar la producción de petróleo, en mínimos. Y eso ayudaría a reactivar la economía del país y a encontrar una solución óptima para su deuda.

Fuente: El País