La globalización ha conseguido que las tendencias se extiendan como la pólvora por todo el mundo. Y los consejos de administración de las principales compañías cotizadas en Bolsa no son una excepción. En Europa, el patrón que se está siguiendo a la hora de abordar las nuevas contrataciones de consejeros es la diversidad. Diversidad entendida en un concepto amplio, pues se ha reflejado sobre todo en los diferentes antecedentes y experiencia de los administradores y en sus distintos países de procedencia, porque en lo concerniente al género, en 2018 se ha avanzado poco o nada. Así lo pone de manifiesto el informe Board Monitor Europe 2019, elaborado por la empresa de selección de ejecutivos Heidrick & Struggles.

El cazatalentos ha estudiado los cambios experimentados en las empresas cotizadas en los índices de referencia de siete países (Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos, Irlanda, Portugal y España) durante el pasado ejercicio. El resultado es el siguiente: han ocupado sillones 503 personas (solo el 38% mujeres), su edad media es de 58 años, cerca de la mitad son o han sido consejeros delegados de empresas y 7 de cada 10 han formado parte previamente de algún consejo de administración. Esa es la media para los siete países.

Regresión

Como viene siendo habitual, España se encuentra rezagada en la asunción de las tendencias internacionales. Llegan, aunque más tarde. Es más, según Pilar Santiago, socia directora de Heidrick & Struggles, «España está más lejos que el año pasado del resto de países europeos». Las empresas del Ibex 35 han renovado 56 asientos de sus órganos de decisión, el 29% ocupados por mujeres, un punto menos que en 2017. Su edad media baja a 56 años y solo una tercera parte tienen experiencia al frente de la gestión de una empresa.

Pero si hay algo que destaque en España frente al resto de los grandes países europeos es que a los administradores de nueva incorporación no se les están pidiendo conocimientos digitales ni experiencia en redes sociales o en ciberseguridad, tal y como está sucediendo al menos en las mayores economías europeas. Las empresas que fluctúan en el índice Dax alemán son las más preocupadas por los perfiles digitales. El 61% de las contrataciones de 2018 han tenido que ver con digitalización, redes sociales y ciberseguridad. En Francia, el 41%, y en el Reino Unido, el 40%. En España, solo el 22% de los nuevos consejeros cuentan con experiencia de este tipo.

«Aunque el avance español en materia de diversidad en los consejos ha sido muy importante en los últimos años, en 2018 se ha quedado a la cola en el reclutamiento de mujeres, igual que en la contratación de profesionales extranjeros, que solo han sido el 32% del total, una de las cifras más bajas de Europa, o en el déficit de perfiles tecnológicos. Es sumamente bajo que un 13% de los nuevos consejeros tengan experiencia digital o en redes sociales y que el 9% sepan de ciberseguridad», asegura Santiago. Y es que en los órganos de decisión de las compañías del Ibex 35 debe haber un balance equilibrado entre las expectativas de los accionistas y la estrategia futura. Un horizonte que pasa necesariamente por la transformación digital, que está poniendo patas arriba los negocios.

La responsable del cazatalentos en España achaca este desfase a que la función tecnológica, desarrollada por los denominados chief information officers, ha estado tradicionalmente muy ligada a las operaciones y menos a la visión estratégica de las compañías como ha ocurrido en otros países. Los sectores más avanzados en la búsqueda de estos ejecutivos para ocupar los sillones en los consejos son el financiero (con BBVA a la cabeza) y el de consumo.

Martin Boehm, decano de IE Business School, asegura que las grandes compañías están muy preocupadas por formar y contratar expertos en tecnología, con experiencia en Internet, en transformación digital o en desarrollo de nuevos modelos de negocio. «La agenda digital es esencial para las empresas porque la tecnología tiene el potencial de cambiar por completo sus respectivas industrias y sus modelos de negocio». Los fondos de inversión y las empresas de retail, continúa, están buscando estos perfiles para incorporarlos a sus consejos de administración de cara a impulsar su crecimiento. Aunque quizás, opina Boehm, en el caso de los administradores, la vía de entrada tenga más que ver con los contactos que con la selección profesional.

Puerta de entrada

A Ana García Fau, consejera en siete compañías, de las cuales cuatro son cotizadas (las españolas Merlin Properties y Gestamp y las francesas Eutelsat y Technicolor), su experiencia tecnológica le ha servido como puerta de entrada en la mayoría de los órganos de decisión en que está presente. En todos ellos, sostiene, «la transformación digital se trata desde el punto de vista estratégico porque está cambiando los negocios. Y también porque hay que entender los riesgos que representa para las compañías». En el sector de automoción, explica, va a modificar su forma de producir; en el inmobiliario, el patrón de consumo en los centros comerciales.

En los comités de riesgos y auditoría cada vez se habla más de ciberseguridad, de inteligencia artificial, de datos…, explica. Incluso en esas últimas comisiones se maneja big data e inteligencia artificial para agilizar los procesos y detectar cosas que de otra forma no se detectan, prosigue García Fau.

«Todos los consejos de administración deben tener especialistas en tecnología. No quiere decir que todos los miembros sean expertos en ella, pero sí algunos», aprecia la administradora, que añade que eso obliga a los consejeros a estar permanentemente al día y a formarse.

Negros e hispanos

En España seguimos muy centrados en lo español y ello se refleja en los miembros de los consejos de administración de las empresas del Ibex 35, indica Pilar Santiago, directora de Heidrick & Struggles. Mientras en Inglaterra, centro europeo del buen gobierno, se está recomendando dar entrada a administradores de color, explica, o en Estados Unidos se está impulsando la presencia de ejecutivos latinoamericanos, dado el peso que están adquiriendo en la pirámide de población, «resulta sorprendente que en unas empresas que tienen tantos intereses en América Latina como las grandes cotizadas españolas apenas se incorporen personas procedentes de esa región. Solo el 5% de los nuevos administradores provienen de allí».

Fuente: El País