Una elocuente sarta de correos electrónicos ha puesto en evidencia los supuestos amaños empleados por la hotelera española Riu en Miami Beach. La policía local intervino una gran cantidad de mensajes cruzados entre personal de Riu y del departamento de Urbanismo de la ciudad que apuntan a que la empresa buscó un trato de favor pisando los terrenos del soborno.

La Fiscalía del condado de Miami-Dade acusa al dueño de la hotelera, Luis Riu, de supuestas compensaciones ilegales a un funcionario, lo que en España equivaldría a cohecho. En la orden de arresto figuran mensajes que, según los investigadores, “indican el deseo de influir” en Mariano Fernández, exjefe de Urbanismo de Miami Beach y acusado bajo los mismos cargos que Riu. “Lo que ha hecho por nosotros no ha sido chiquito”, dice Riu a un subordinado sobre Fernández.

Según la investigación, a cambio de facilitar permisos para la renovación de las 284 habitaciones del Riu de Miami Beach, Fernández —cesado por el Ayuntamiento por sospechas de corrupción— fue obsequiado con numerosas noches de hotel gratis o a precio de ganga para él y su esposa y para sus empleados de Urbanismo. El funcionario fue clave para resolver los problemas de la empresa después de que en mayo de 2014 una inspección sorpresa de los bomberos descubriese que Riu hacía la remodelación sin permiso, con el establecimiento lleno y con clientes expuestos a riesgos, ordenando su cierre provisional.

Riu actuó para desatascar la situación. En agosto de 2014, el vicepresidente regional de Riu, Alejandro Sánchez del Arco, también imputado, escribía a Riu que ya había preguntado “si existía alguna posibilidad de tocar al responsable de estructuras de la ciudad”. En noviembre, el contacto estaba hecho y un ingeniero afirmaba estar “seguro” de la ayuda de “nuestro amigo”. Un día después, Luis Riu escribía, aludiendo a una inminente reapertura: “Creo que estamos casi a punto de caramelo. Solo hace falta el empujoncito de Mariano”.

Pasadas unas semanas, sin embargo, continuaban las objeciones de los inspectores de bomberos. Luis Riu se lamentaba del tiempo perdido y decía refiriéndose al jefe de Urbanismo: «Qué no puede arreglar desde su despacho???». «De verdad», terminaba, «que lo estoy pasando MUY MAL. MUY MAL!!!». En la orden de arresto los detectives afirman que Luis Riu se mostró en los correos «dispuesto a hacer lo que creyera necesario para reabrir» el hotel. En uno de ellos, en febrero de 2015, escribió: «Tendríamos que haber seguido sobornando a Miranda [un ingeniero privado que trabajó para RIU] y su tropa. Hubiéramos tenido que pagar, pero tendríamos los privilegios de los bomberos. Ahora somos sus enemigos y como tal nos tratan. En el fondo son caribeños y como tales, quieren lo que todos quieren. Dinero fácil o sufrimiento. Y nos están dando de lo último».

A medida que progresaban las gestiones de Mariano Fernández comenzaron a registrarse correos en los que se trataban los favores al funcionario y a su personal. «Lo que ha hecho por nosotros no ha sido chiquito», dice Riu a un subordinado. «Dime en qué hotel lo podríamos meter, que estuviera bien». En febrero de 2015, por ejemplo, diseñaron un paquete de bajísimo coste para llevar en septiembre a Fernández y 50 empleados al RIU Palace Punta Cana: alrededor de 449 dólares por persona, incluido el avión de Fort Lauderdale (Florida) a Santo Domingo y una tarifa de pernoctación individual de 25 dólares. En aquellas fechas, el precio de un paquete de ese tipo era de 835 dólares.

Fernández sostuvo ante los investigadores que por decoro no aceptó la proposición de la empresa de que fuese todo gratis. Pero no tuvo problema en aceptar cuatro noches sin costes para él y su esposa solos en los RIU de Playa del Carmen y Punta Cana (ambos en suite jacuzzi) o dos noches en el RIU Miami Beach, lo que en otro correo del hotel sobre una reserva para Fernández se define como «trato Súper Vip». En otro mensaje, ya en agosto de 2015, el vicepresidente Alejandro Sánchez del Arco comenta a Luis Riu refiriéndose a Fernández: «El lunes es su cumpleaños, le voy a regalar una botella de whisky del que él bebe (Blue Label), qué te parece?». «Fantástico», responde el dueño.

El agradecimiento de Luis Riu al funcionario de Miami Beach, que finalmente logró desbloquear la situación para la reapertura del hotel, quedó plasmado en un mensaje personal en el que le transmite en el contexto de los agasajos que le brindaron: «Recuerde que RIU siempre será su casa. Nadie se merece esto más que usted. Nos encontró en Miami como un barco a la deriva, habiendo cometido fallos garrafales de novato y no muy bien asesorados (…). Usted nos rescató y nos enseñó el camino hacia el puerto. Eso no ocurre muchas veces, se lo aseguro. Y no lo olvidaremos JAMÁS».

Riu tendrá que regresar a EE UU para comparecer ante el juez. La cadena sostiene que sus ejecutivos son “absolutamente inocentes” y que los cargos presentados contra ellos son “totalmente infundados”.

Fuente: El País