Los intermediarios de Bolsa y renta fija están adaptándose contra reloj a la nueva norma europea para que los mercados funcionen mejor. La tercera derivada de Mifid 2 tiene que ver con el coste de las operaciones tanto en renta fija como en variable para los intermediarios. Las limitaciones que impone destinadas a proteger a los pequeños inversores están provocando efectos colaterales.

Desde el 3 de enero está prohibido el case interno de órdenes de renta variable entre clientes del mismo bróker. Hasta ahora, algunos intermediarios ejecutaban las órdenes entre sus propios usuarios. Por ejemplo, ponían de acuerdo a un cliente que quisiera comprar acciones de Telefónica con otro que quisiera venderlas. No había, por tanto, costes de mercado ni tampoco de liquidación. Todo se quedaba en casa, con el consiguiente ahorro en costes que solía repercutirse, para bien, en el cliente.

Desde el bróker holandés DeGiro, uno de los más baratos de los que operan en España, explican que «con la ejecución interna las dos partes realizan sus órdenes a un precio igual o mejor que el precio que podían haber obtenido en el mercado, por lo que nunca perderían valor».

La entidad ha informado a sus clientes que «bajo la nueva regulación las órdenes ya no se podrán ejecutar entre los clientes». Tampoco se podrá usar para derivados, opciones u otros productos apalancados. «Este cambio implicará costes adicionales para DeGiro, ya que usamos la conciliación interna de órdenes para ahorrar en costes de intercambio y liquidación», añaden en el intermediario. Aunque aclaran que los precios no se tocan: «Esta situación no generará ningún cambio en la relación de tarifas bajas que tenemos para nuestros clientes».

En DeGiro están trabajando para adecuarse al cambio. Los intermediarios pueden convertirse en internalizadores sistemáticos, que permiten realizar esta operativa bajo Mifid 2.

La norma exige, además, que las entidades demuestren a sus clientes que han ejecutado sus órdenes de conformidad con la política de ejecución de la empresa; es más, habrán de poder probarlo ante la CNMV.

Fuentes del sector reconocen que BME continuará siendo, en la mayoría de las operaciones de los pequeños inversores, el centro en el que se logre la mejor ejecución.

Solo una pequeña parte de las 41 sociedades y las 48 agencias de valores registradas en el supervisor español hacían cases internos. No era habitual, pues la operativa exige un alto desarrollo tecnológico y una gran base de clientes y operaciones para poder cruzar las órdenes de manera eficiente.

La misma situación, pero más acusada, ocurre con la renta fija. El modelo de este mercado estaba basado en la contratación a través de una llamada telefónica y era eminentemente bilateral con precios pactados entre el comprador y el vendedor. Ahora ha sido renovado para que tenga una transparencia similar al de renta variable.

La revolución de BME

«El objetivo es trasladar la operativa de contratación de instrumentos financieros desde el ámbito OTC [operaciones fuera de mercados organizados] hacia los mercados regulados, los sistemas multilaterales de negociación y los sistemas organizados de contratación», señalan en un artículo Julio Alcántara Lera y Gonzalo Gómez Retuerto, director y subdirector, respectivamente, de BME Renta Fija.

Los directivos de BME apuntan que el destino final es hacer trasparentes las cotizaciones y los volúmenes sobre valores de renta fija antes de su ejecución. BME ya ha puesto en marcha su nuevo modelo de mercado de renta fija La plataforma SEND, de la que forman parte 32 miembros y creada en 2010 para los particulares, es el aglutinador. En ella participan los pequeños inversores y también los institucionales. El mercado incluirá renta fija privada de empresas, bancaria, soberana española y del resto de Europa, como la alemana e italiana.

No solo BME está listo para el nuevo desafío. Los intermediarios CM Capital Markets y CIMD, matriz de Intermoney, preparan sus respectivos sistemas organizados de contratación. La CNMV ya ha autorizado los reglamentos de funcionamiento de estas dos plataformas de renta fija y productos derivados.

El problema de los productos diseñados en el extranjero

Desde inicios de año varias entidades bloquearon la comercialización de varios artículos financieros fabricados en el extranjero, como publicó CincoDías el 3 de enero. El reglamento Priips (Package Retail Investment Products) obliga a que las entidades financieras y todos los intermediarios en general (las sociedades y agencias de valores) informen de forma detallada de los peligros de una cantidad ingente de productos. Depósitos estructurados, todos los derivados –opciones, swaps, warrants, contratos por diferencias (CFD, por sus siglas en inglés)–, los seguros con componente de inversión (unit linked) y los fondos cotizados (ETF). Así, las gestoras estadounidenses BlackRock y Vanguard no están realizando los documentos para sus ETF, de forma que en teoría no se pueden vender.

Los ETF que sí disponen del documento Priips, aunque solo en inglés, se podrán vender en España durante un año más con el documento en ese idioma, si bien después tendrán que ofrecerlo en castellano para que se puedan comercializar en España.

Fuente: El País