Nuevo golpe del Tribunal Superior de Madrid a los modelos laborales de las plataformas digitales. La sala de lo Social de este tribunal ha ratificado que los repartidores de comida a domicilio de Deliveroo son falsos autónomos dando la razón a la Seguridad Social y confirmando la primera decisión de la Inspección de Trabajo. En una nueva sentencia, el TSJ ha dado la razón al juzgado de primera instancia que se había pronunciado en el mismo sentido en un primer macrojuicio que afectaba a más de 532 riders.

«Ha de concluirse que en la relación jurídica existente entre Roofoods Spain SL [razón social de Deliveroo] y los repartidores concurrían todas las notas o caracteres de una relación laboral por cuenta ajena», señala la sentencia a la que ha tenido acceso EL PAÍS, es decir, los repartidores debían ser asalariados y no autónomos. El fallo no es definitivo y puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo.

La nueva decisión del TSJ asienta la doctrina que emitió hace unos meses para el caso de Glovo. Pero en este caso hay una novedad importante. Es el primer fallo de un Tribunal Superior sobre una actuación de la Inspección de Trabajo, ya que el juicio estuvo motivado por el acta de la autoridad laboral en Madrid. Hasta ahora había ya tres sentencias de tribunales superiores autonómicos, dos en Madrid y una en Asturias.

El origen del caso está en una inspección sobre Deliveroo sobre sus actividades entre octubre de 2015 y 2017 y que acabó con el alta inducida de 537 repartidores. Este tipo de actas conllevan una demanda de oficio por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social que se ha convertido, hasta la fecha, en el mayor juicio sobre el modelo laboral de las plataformas digitales. 

Con esta nueva sentencia, se inclina más en los tribunales la balanza en favor de quienes entienden que estos trabajadores son asalariados y no autónomos. En el caso de Deliveroo no hay duda alguna, los fallos han sido contrarios a su modelo laboral. En el de Glovo, hay sentencias en ambos sentidos en primera instancia, peor suerte ha tenido en los tribunales superiores: perdió en Asturias y ganó el primer fallo que hubo en Madrid, sin embargo, esa primera toma de postura fue enmendada casos posteriores por el pleno de la Sala de lo Social del TSJ madrileño.

A pesar de esta tendencia, la batalla judicial todavía no ha acabado. El Tribunal Supremo debe pronunciarse sobre un recurso de casación presentado por esa primera sentencia del alto tribunal madrileño que dio la razón a Glovo.

Fuente: El País