La frustración es combustible para la innovación. Que se lo digan a Miguel Coello, un estudiante con una enfermedad degenerativa visual.“Hoy veo peor que ayer pero mejor que mañana”, dice con normalidad. Cuando empezó a moverse por el metro de Madrid, descubrió que era territorio hostil para personas como él. Metrociego nació de la combinación de esa frustración, mucho trabajo y la labor informática de su socio y amigo Gonzalo Fuentes.

Metrociego, disponible para iOS y próximamente para Android, es una aplicación muy sencilla y útil, tanto que llama la atención que hayan sido dos universitarios que no llegan a los 20 años los encargados de crearla. Se trata de guiar a invidentes y personas con problemas serios de visión por el metro. El usuario dice el punto de partida y el de llegada y una voz le explica todo: escaleras, giros, ascensores, cómo salir a la calle y hasta la altura de los techos en los pasillos. La información la recopilan recorriendo el metro con ayuda de voluntarios, y no han contado con la ayuda de ninguna institución. “Nos reunimos con Metro de Madrid, pero casi ni nos dieron tiempo a sacar nuestro presupuesto para Metrociego”, cuentan en un vagón de la línea 2.

Metrociego

QUIÉNES. Miguel Coello y Gonzalo Fuentes.

PUNTOS EN COMÚN. Ambos nacieron en 1998 y son de Tres Cantos (Madrid). Amigos desde la Educación Infantil.

ESTUDIOS. Coello estudia el grado de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación en el campus de Madrid de la Universidad de Mondragón; Fuentes, Ingeniera Informática en la UAM.

¿Sus próximos proyectos? Completar el listado de estaciones y lanzar la versión 2.0. ¿Y más allá? Fuentes sueña con trabajar en Silicon Valley; a Coello les gustaría desarrollar “tecnologías para colectivos minoritarios”, que normalmente quedan fuera del radar de las grandes empresas. Saben que no se harán ricos con Metrociego; es solo su primera parada.

  • Tiflotecnología: la disciplina que ayuda a las personas invidentes
UNA GUÍA EN CRECIMIENTO. Por ahora, Metrociego incluye información sobre 27 estaciones (cerca del 10 % de la red) y continuamente se añaden nuevas, gracias a la colaboración de voluntarios. Es gratuita, pero desde la propia aplicación se pueden realizar donaciones.

El emprendimiento digital comienza a apostar por la tiflotecnología, que asiste a las personas invidentes o con problemas serios de visión. Las empresas norteamericanas Aira y Esight son un buen ejemplo.

La startup californiana Aira ha captado 12 millones de euros para desarrollar su sistema de ‘intérpretes visuales’. Es un sistema bajo demanda en el que, a través de unas gafas equipadas con cámara y conectadas online, el invidente va recibiendo las descripciones e indicaciones de un guía que puede estar en cualquier otro lugar.

Esight se dirige a personas con problemas serios de visión. Su producto es un casco, similar a los de la realidad virtual, que mediante cámaras y algoritmos de procesamiento de imagen capta lo que el usuario ve y se lo representa, con mayor detalle, en dos pantallas junto a sus ojos.

Fuente: El País