Orange ha dado hoy nuevas pistas sobre la dureza de la competencia en el sector español de las telecomunicaciones. En su Investor Day, el grupo francés ha señalado que su negocio en España no volverá al crecimiento en ingresos hasta el año 2021. Un avance que se producirá gracias a su cartera de marcas para los diferentes segmentos, el crecimiento del negocio de empresas y el segmento mayorista.

En el periodo entre 2019 y 2023, Orange sitúa a España en un rango de leve crecimiento. En términos de rentabilidad, el grupo prevé un aumento por encima de los 200 puntos básicos en el margen de ebitda en el mercado español.

Este año, el grupo ya ha sufrido un deterioro en sus cuentas en el mercado español. Orange España registró unos ingresos de 1.310 millones de euros en el tercer trimestre del año, un 2,5% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, en un escenario de mercado marcado por el endurecimiento de la competencia. Los ingresos minoristas registraron un descenso del 4,7%.

Pese a este escenario, Orange España presentó hace pocos días su nuevo plan estratégico a tres años, bautizado como “Orange a tope”, con el que la busca hacerse fuerte en el segmento de empresas y apostar por los negocios en torno a las redes de nueva generación como la fibra y el futuro móvil 5G.

El plan está basado en tres ejes: el impulso de todas las marcas en el mercado residencial y conquistar la cuota de mercado que corresponde a Orange en el segmento de empresas, la explotación al máximo las posibilidades de digitalización, la transformación de los sistemas y la compartición de las infraestructuras para desplegar más fibra y el futuro 5G; y el avance de forma más decidida en las nuevas formas de trabajo, desplegando las nuevas estructuras agile.

En esta línea, la teleco sigue apostando con fuerza por la red propia de fibra. Dentro de sus estimaciones, Orange prevé alcanzar los 16 millones de unidades inmobiliarias con su red de fibra óptica en España, frente a los 14 millones registrados al cierre del segundo trimestre de este año. En términos globales, el grupo francés parece haber desafiado a sus rivales, especialmente a Telefónica, al indicar que ha alcanzado en toda Europa los 30 millones de líneas de fibra, frente a los 22 millones del grupo español, los seis millones de Vodafone y los dos millones de Telecom Italia.

Igualmente, Orange prevé iniciar los despliegues de redes de móvil 5G en 2020 en la mayoría de los países europeos donde tiene operaciones.

En términos globales, Orange prevé un cash flow orgánico superior a 2.000 millones de euros en 2019 y 2020, con crecimiento a partir de 2021, una vez dejado atrás el esfuerzo inversor en fibra, para llegar a entre 3.500 y 4.000 millones en 2023. El ebitda aumentará levemente este año, para registrar una evolución plana en 2020, y alcanzar tasas de crecimiento entre el 2% y el 3% entre 2021 y 2023.

La teleco prevé, igualmente, un ratio de deuda neta frente a ebitda en torno a dos veces, con un dividendo mínimo anual de 0,70 euros por acción.

Fuente: Cinco Días