En todos esos nuevos espacios, los teléfonos inteligentes, las tabletas y, cada vez más, los asistentes por voz y los wearables se están convirtiendo en la puerta de entrada a la compra omnicanal, por lo que el establecimiento físico debe sacar valor de ello, convirtiendo estos elementos en sus aliados, no en sus competidores.

Para ello, los establecimientos se están respaldando en propuestas smart retail, un conjunto de soluciones que permiten la creación de tiendas inteligentes gracias, entre otras tecnologías, al Internet de las cosas (IoT). Mediante la conexión de diferentes objetos como carteles digitales, probadores inteligentes, espejos con realidad virtual, gestores de turnos, cuenta personas o sensores (beacons) que identifican a clientes para enviarles ofertas personalizadas, los consumidores son, más que nunca, los protagonistas del proceso de compra.

Fuente: El País