Tras un año de transición, Banco Sabadell ha decidido publicar un nuevo plan estratégico a tres años, 2018 a 2020, en el que por primera vez desde la crisis su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) será superior al coste de capital al esperar llegar al 10% en tres años, porcentaje que pasa a ser del 13% si se tienen en cuenta los tangibles de la entidad (el coste de capital es en la actualidad del 9%). El año pasado su ROE fue del 6%.

Esta rentabilidad se logra gracias a haber podido eliminar las pérdidas que genera el lastre de sus activos improductivos por primera vez desde que se inicio la crisis tras haber realizado en 2017 unas fuertes provisiones extraordinarias para cubrir estos números rojos.

De esta forma espera cerrar 2020 con un beneficio de unos 1.450 millones de euros, frente a los 800 millones que ganó el ejercicio que acaba de finalizar. El crecimiento del resultado quedará reflejado en la remuneración al accionista, ya que mantendrá la misma política de dividendo al destinar entre un 45% a un 50% del beneficio a dividendos (pay-out), con un aumento anual similar al aumento de las ganancias.

Los activos improductivos, casi todos inmuebles adjudicados, se reducirán de forma orgánica a un ritmo anual de 2.000 millones de euros, con lo que espera cerrar 2020 con un 40% menos, y solo si hay oportunidad y logra llegar a un acuerdo con el Fondo de Garantía de Depósitos (organismo que se hace responsable de una gran parte de las pérdidas del ladrillo de la CAM, adquirida en 2012 por Sabadell) estaría dispuesto a vender en bloque toda o casi toda la cartera de inmuebles como ha hecho Santander o BBVA.

La morosidad así descenderá a un 3% para el grupo, frente al 5,14% de 2017, y al 3,5% en España.

Este plan no ha establecido ningún programa de compras corporativas ni en España, Reino Unido o México, aunque espera crecer su balance un 5% anual. El crédito volverá a ser positivo, pero con crecimientos aún pequeños, que no sobrepasarán el 6% acumulado en 2020 ni para el conjunto del sector, según sus estimaciones.

El grupo tampoco pretende recudir oficinas en España ni plantear ningún ERE. El recorte de costes por parte de la plantilla vendrá de la mano de las prejubilaciones habituales y por la rotación de empleados. Su objetivo es llegar a un ratio de eficiencia del 46,5%, frente a más del 51% de pasado año. 

También espera mejorar en más de un punto porcentual su cuota de mercado en pymes en España y situarla en el 12,5%, frente al 11,4% actual gracias a la buena situación económica del país. 

Fuente: Cinco Días