El PDeCAT y ERC serán determinantes para sacar adelante los Presupuestos. En consonancia con este hecho y a la espera de las negociaciones, las cuentas de 2019 contienen diversos guiños destinados a recabar su respaldo: un incremento histórico de la inversión territorial en Cataluña del 66% para situarla en los 2.251 millones, muy por encima de cualquier cantidad consignada por los Gobiernos de Rajoy; 1.560 millones más en financiación autonómica, el mayor incremento absoluto de todas las comunidades; 150 millones de los 700 comprometidos en cuatro ejercicios para financiar a los Mossos, y la promesa de un nuevo alargamiento de los vencimientos para aliviar la deuda de las autonomías, algo que ayudaría sobre todo a la Generalitat. “Se trata de unas cuentas magníficas para Cataluña”, zanjó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

De aprobarse los Presupuestos, Cataluña lograría 1.560 millones más de financiación autonómica, un alza del 8,1% que casi duplica el aumento del resto, del 4,9%. La cantidad procede del sistema de cálculo que se diseñó en 2009 y que estaba pensado para beneficiar a las comunidades más dinámicas.

El margen para la discrecionalidad es, sin embargo, mucho mayor en las inversiones. Y estas se disparan en 900 millones, un 66% más, muy por encima del 18,1% que repunta en la media. Según aclara el Gobierno, en esta cifra se incluyen 200 millones para compensar a Cataluña por una sentencia del Supremo de 2017 sobre el Estatut, la cual avala que la inversión fuese entre 2007 y 2017 el equivalente al peso del PIB catalán en España. Aun así, esta se queda en el 18,2% del total. Los partidos soberanistas ya se han quejado de que todavía se encuentra por debajo del 19,2% que representa el PIB catalán.

Sánchez lanza unos Presupuestos electorales y con gestos a Cataluña

Los Presupuestos también tienen el foco en las elecciones de mayo y en la proximidad de las generales. Y con estas citas en mente eleva multitud de partidas de gasto social e infraestructuras en una suerte de programa electoral. Los desembolsos totales crecen un 5,3% hasta los 345.358 millones, el mayor incremento ejecutado desde 2009 (un 7,5% en el conjunto de las Administraciones), y el mayor presupuestado desde 2010 (un 8,4% que luego Zapatero tuvo que recortar en mayo de 2010). Es decir, el mayor impulso hasta que la crisis de deuda obligó a ajustar. La cifra se aleja de la mayor alza que ejecutó Montoro, del 1,5% en 2015. Y del otro aumento que hizo, del 1,26% en 2017. Según los últimos datos todavía no definitivos, en 2018 los gastos han engordado ya a ritmos del entorno del 4%.

La principal partida de los Presupuestos son las pensiones, que con 153.864 millones casi suponen la mitad del total. Estas prestaciones avanzaban tras las reformas a tasas del 3%. Pero las subidas que aprobó Rajoy y las adicionales de Sánchez llevarán las ratios de incremento al 6,2%, cerca de lo que subían antes de la crisis con la inflación más alta. Lo cual determina buena parte de la evolución de los desembolsos.

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Además, se eleva un 3,9% el capítulo personal, sumando la revalorización y las contrataciones en áreas necesitadas. Y suben un 40% o más las rúbricas de dependencia, vivienda e infraestructuras. También se extiende el subsidio de desempleo para mayores de 55 años hasta los 52; se suprime el copago farmacéutico para rentas bajas; se alarga el permiso de paternidad de cinco a ocho semanas; se amplían las inversiones de Ayuntamientos para universalizar guarderías o se dedica un 10% más a becas.

Y estas iniciativas han de financiarse con una mejora de la recaudación que se antoja muy elevada, de 14.000 millones solo por el ciclo económico más 5.654 millones en subidas de impuestos que, según la ministra, solo se aplican al 0,5% de los contribuyentes y el 0,7% de las empresas… Salvo por el repunte en la tributación del diésel para empezar a igualarla con la gasolina.

Sánchez lanza unos Presupuestos electorales y con gestos a Cataluña

Fuente: El País