Santander ha anunciado esta mañana la amortización anticipada de una emisión de 1.500 millones de euros en deuda contingente convertible (llamada cocos en la terminología financiera) emitida en marzo de 2014. Se trata de la misma emisión que el año pasado el banco renunció a recomprar cuando se abrió la ventana prevista para la amortización anticipada, provocando un pequeño seísmo en el mundo de la deuda corporativa.

Este mercado operaba con la convicción de que, como de hecho sucedía, todas las emisiones de este tipo de deuda se amortizaban de forma anticipada y se sustituían por otras emisiones de nuevo cuño; Santander fue el primer gran banco que renunció a esta operación. El no amortizar puso en jaque los cálculos del sector y los precios asignados a estas emisiones. No obstante, la propia entidad calmó a los inversores en abril cuando sí amortizó una emisión de 1.500 millones de dólares.

Los llamados cocos son un tipo de deuda que, bajo determinadas condiciones, se convierte en capital. Los bancos la usan para mejorar su colchón ante posibles eventos adversos: si el ratio de capital baja de un determinado umbral, los cocos se convierten en acciones y recapitalizan la entidad. A cambio, ofrecen un tipo de interés sustancialmente superior al de la deuda estándar. Además, los reguladores limitan la cantidad de capital que se puede cubrir con estos vehículos.

La amortización anticipada tiene gran relevancia porque los operadores compran los cocos pensando que, al tener un vencimiento implícito cercano (los que amortizará Santander los vendió en 2014), el riesgo es más limitado. El tipo de interés de la emisión es del 5,481%.

Como es habitual en el mercado, Santander sustituirá esta emisión de cocos por otra de nuevo cuño, y no amortizará los cocos en circulación hasta el 12 de marzo, para cuando espera que estén emitidos ya los nuevos valores. La entidad está ofreciendo a los inversores cocos a un tipo de interés en el entorno del 4,75%, según Bloomberg.

Fuente: Cinco Días