Telefónica registró un beneficio neto en 2017 de 3.132 millones de euros, un 32,2% más que en el año anterior, gracias a la buena marcha del negocio y los resultados extraordinarios por la venta de activos y el ahorro de costes de personal, que compensaron la caída de ingresos por el fin del roaming en la UE y el efecto negativo del cambio de divisas.

El crecimiento espectacular del beneficio se ha visto influido por una serie de extraordinarios. El más importante corresponde a los 1.399 millones que se cargaron en los resultados de 2016 en concepto de gastos de reestructuración, fundamentalmente por el coste del plan de bajas voluntarias que acometió Telefónica de España, y que ya no han lastrado las cuentas del ejercicio pasado.

Los ingresos se mantuvieron planos en términos reportados y disminuyeron un 0,1% hasta los 52.008 millones de euros y el resultado bruto operativo (Oibda) alcanzó los 16.187 millones de euros, un 7,1% más que en el año anterior. Todas las filiales registraron caída de ingresos reportados excepto Brasil.

La deuda neta financiera se sitúa en 44.230 millones de euros a cierre de diciembre de 2017,un 9% menos que hace un año, y baja respecto a septiembre en 2.292 millones de euros. En esta disminución ha sido decisivo el cierre de la operación de venta del 40% de Telxius, que ha recortado en 1.275 millones la deuda.

La operadora ha reiterado sus objetivos y su dividendo para el conjunto del año.

Acuerdo de fibra óptica con su competidor Orange

Telefónica y Orange han alcanzado un acuerdo comercial por el que el operador francés podrá acceder «en los próximos años» a la red de fibra óptica de Telefónica en aquellas zonas donde no tiene obligaciones regulatorias de prestar un servicio mayorista, fundamentalmente ciudades medianas y poblaciones pequeñas.

Telefónica ya firmó un acuerdo de características similares hace casi un año con Vodafone y ha señalado que está abierto a alcanzar acuerdos con otros operadores. Por su parte, Orange ha indicado que este acuerdo le permitirá complementar su despliegue en curso, y también disponer de una alternativa a sus acuerdos de coinversión con otros operadores.

Ni Telefónica ni Orange han hecho públicas las condiciones del acuerdo, ni la duración del mismo ni el coste que supondrá para Orange, limitándose a señalar que está » basado en compromisos de compra a largo plazo».

No obstante, Orange mantiene sus planes propios de despliegue de fibra óptica, de pasar de los 12 millones de hogares a los que llega la red a 14 millones en 2018 y a 16 millones en 2020, informarton en fuentes de la operadora gala.

Fuente: El País