La guerra entre Donald Trump y la industria farmacéutica vuelve a abrirse. El presidente de EE UU atacó ayer a través de Twitter, su forma favorita de lanzar sus mensajes, al laboratorio Pfizer por haber subido los precios en aquel país de alrededor de 100 medicamentos, entre los que se incluye Viagra.

Esta decisión de subir precios, adelantada la semana pasada por Financial Times, se toma a pesar de la conocida postura de Trump contra los elevados precios de los fármacos en EE UU. Ya desde enero de 2016, cuando inauguró su presidencia, el mandatario reclamó a las empresas del sector que debían bajar precios.

“Pfizer y otros deberían estar avergonzados de haber elevado los precios de los medicamentos sin ningún motivo”, se mostró indignado Trump en su tuit. “Simplemente se están aprovechando de los pobres y de otros que no pueden defenderse, mientras que al mismo tiempo ofrecen rebajas a otros países de Europa y otros lugares. ¡Responderemos!”.

El sistema estadounidense de precio de medicamentos no tiene nada que ver con el europeo. Allí los precios son libres y son las aseguradoras y los pacientes los que deben hacerse cargo del coste.

Tradicionalmente en Estados Unidos el precio de los tratamientos es mucho más elevado que en cualquier otro país y de hecho, es con diferencia el primer mercado farmacéutico del mundo. En Europa, por ejemplo en España, las compañías negocian precios de reembolso por los sistemas públicos (o aseguradoras) de salud. Habitualmente son más bajos que en EE UU y, de hecho, países como Alemania, Francia o Reino Unido sufren importes más elevados.

El asunto de los precios en EE UU no es un tema que preocupa solo a Trump. Durante la pasada campaña electoral, su contricante demócrata Hillary Clinton fue especialmente beligerante contra las compañías.

Fuente: Cinco Días