El consorcio turístico alemán TUI registró en el segundo trimestre del año (tercero de su ejercicio fiscal) beneficios por valor de 22 millones de euros, un 85% menos que en el mismo período del año anterior, informó la compañía. La caída de los beneficios ha sido atribuida en parte a la prohibición de volar que pesa sobre el Boeing 737 Max.

Además, las ventas de viajes para el verano, hasta comienzos de agosto, han estado un 1% por debajo del nivel de hace un año. Pese a la caída en los beneficios, el consorcio confirmó su pronóstico para el año fiscal lo que llevó a una estabilización de la cotización en Bolsa: suben un 4% esta mañana.

La facturación subió un 4% para alcanzar los 4.750 millones de euros gracias al negocio de cruceros y a la ampliación de la oferta de excursiones en regiones vacacionales. Sin embargo, el resultado operativo ebitda tuvo una caída del 46% hasta los 101 millones de euros, debido a la prohibición que pesa sobre los Boeing 737 Max: Tui tiene 15 aviones de ese tipo en su flota y había encargado otros ocho para este verano. El coste de este reemplazo ha sido de 144 millones de euros.

La necesidad de reemplazar los Boeing por otros aviones ha implicado costos que han afectado los resultados del consorcio. El presidente del consorcio, Fritz Joussen, estima que en el año fiscal el resultado operativo estará un 26% por debajo del resultado del año anterior para alcanzar los 1.200 millones de euros.

Joussen añadió que «no seremos los perdedores» en la prevista oleada de consolidación en el sector de las reservas de viajes. El directivo alemán añadió que TUI parte con ventaja respecto a sus rivales por la cartera de activos en hoteles y complejos de ocio y que los cruceros aportarán  un fuerte crecimiento.

Fuente: Cinco Días