Uber tira la toalla en el sureste asiático. La compañía estadounidense ha decidido vender su negocio y sus activos en la región a Grab, el gran rival local y con el cual ha estado disputando una guerra de precios durante los últimos años. El acuerdo, por el cual Uber pasará a convertirse en uno de los principales accionistas de Grab, supone una nueva retirada de la plataforma de vehículos con conductor estadounidense de un mercado lejano por la dura competencia de otros servicios similares en manos de empresas locales.

Los servicios de transporte y reparto de comida de ambas empresas se integrarán en la plataforma de Grab, que se convertirá en líder indiscutible del sector en países como Camboya, Indonesia, Malasia, Birmania, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam, un mercado de más de 650 millones de personas y una clase media pujante. A cambio de esta cesión, Uber se quedará con el 27,5% de la compañía y su director general, Dara Khosrowshahi, se sentará en el consejo de administración de Grab, con sede en Singapur, según informó la empresa en un comunicado.

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La operación supone la enésima salida de Uber de un mercado que se le ha hecho cuesta arriba. El acuerdo con Grab es muy similar al que la empresa tuvo que pactar con la plataforma china Didi Chuxing en 2016, tras gastarse miles de millones de dólares para tratar de aumentar su cuota de mercado en el gigante asiático sin mucho éxito. También hizo lo propio en Rusia el año pasado, cuando vendió su negocio a Yandex. Una de las prioridades de Khosrowshahi es precisamente reducir las abultadas pérdidas de la empresa -3.600 millones de euros en 2017-, en parte causadas por estas guerras de precios en un mercado internacional cada vez más competitivo. En el horizonte está la posible salida a Bolsa de Uber y su principal gestor quiere que en ese momento la empresa goce de unas finanzas saneadas.

Si bien los consumidores consideran que la fusión es una mala noticia para sus intereses (el acuerdo elimina la competencia y podría repercutir en una subida de las tarifas), el principal beneficiado de la operación es Softbank. El grupo japonés es el mayor inversor en ambas empresas y ha presionado para lograr una mayor consolidación del sector. El gigante nipón, que a su vez tiene participaciones en Didi y en Ola –el servicio de vehículos con conductor líder en India- explicó que a través de sus inversiones proporciona unos 45 millones de viajes diarios.

Fuente: El País