La carrera de Uber y Lyft por ver quién llega antes a Wall Street está lanzada. Los dos servicios alternativos al taxi entregaron esta semana al regulador bursátil la solicitud para empezar a cotizar. Lo hicieron por la vía confidencial, por lo que se desconoce en este momento el dinero que esperan recaudar, las acciones que van a colocar y a qué precio, lo que dará una valoración de las compañías.

Lyft anunció este jueves que había presentado su propuesta a la SEC para cotizar en algún momento en 2019. En el caso de Uber, se conoció ya en la noche de este viernes. Son junto a Airbnb uno de los mayores unicornios, como se conocen a las compañías emergentes con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. La única referencia para su valoración lo que recaudaron en las rondas de financiación.

En el caso de Lyft, se calcula que vale unos 15.000 millones y tiene entre sus inversores a General Motors. Al no cotizar, no está obligada a presentar resultados. El proceso confidencial le permite así avanzar en el proceso que le llevará a Wall Street sin tener que revelar el detalle de las cuentas, hasta una fase más avanzada. Su rival Uber es mucho más valiosa, unos 70.000 millones, y está respaldada por Toyota.

Pese al entusiasmo que generan las dos compañías de movilidad entre los inversores, sus negocios no son rentables y necesitan de liquidez para financiar su expansión así como para desarrollar tecnologías como la conducción autónoma. La llegada a Wall Street les podría aportar una infusión de liquidez adicional y sus primeros propietarios podrán recuperar la inversión inicial.

Aunque se lleva tiempo anticipando este doble movimiento, no deja de sorprender que las dos compañías presenten sus propuestas al mismo tiempo, en un momento en el que los mercados de renta variable están sufriendo de gran volatilidad, que está castigando especialmente a las compañías tecnológicas. Ni Lyft ni Uber tienen un calendario establecido para dar el esperado salto a Wall Street.

Fuente: El País