Los inversores extranjeros que asistan en busca de oportunidades al Spain Investors Day que empieza este martes en Madrid, encontrarán a los empresarios españoles bastante menos optimistas que hace 12 meses, según el último informe de perspectivas empresariales de Grant Thornton.

Alejandro Martínez Borrell, presidente de la filial del grupo de servicios profesionales, comenta los resultados del estudio, basado en entrevistas telefónicas a los principales ejecutivos de 400 empresas nacionales de entre 50 y 500 empleados (la versión global recoge las impresiones de 5.000 compañías de 35 países).

¿Qué ha pasado con el índice de confianza empresarial en el segundo semestre de 2019?

Ha subido un solo punto respecto al primero, pero si lo comparamos con el de hace un año, constataremos una drástica reducción: hemos pasado del 70% de empresarios que se declaraban optimistas a finales de 2018 al 40%. La caída es francamente brusca. En Europa ha retrocedido de un semestre a otro en cinco puntos, hasta el 45%, el peor registro desde 2013, o sea que no hay una gran distancia con España. La diferencia es grande con respecto a la media mundial, que ha mejorado tres puntos y está en el 59%.

¿A qué se debe esta evolución en España?

A tres factores: la incertidumbre sobre la formación del nuevo Gobierno, el temor a un Brexit duro y la guerra comercial entre EE UU y China, a los que añadiría un cuarto: los mensajes institucionales de que no habrá crisis, pero sí una cierta desaceleración económica, si bien es verdad que en términos de PIB, España muestra un desempeño bastante superior que Italia, Francia y Alemania.

¿La Comisión Europea y el FMI pecan de alarmistas?

No, creo que es bueno que se lancen esos mensajes. Lo que no se debe repetir es lo que ocurrió en 2007-2008, cuando muy pocos predijeron lo que se nos venía encima y la gran mayoría no fue capaz de adivinar su magnitud. En este momento, las instituciones hacen bien en alertar de que habrá una desaceleración, para que la gente sea consciente de lo que tiene por delante y tome medidas de prevención.

En el último año, el optimismo en España ha caído del 70% al 40% y ha quedado a casi 20 puntos de la media mundial

¿Han preguntado a los empresarios qué esperan de 2020?

Sí. Es curioso, porque pese a que el nivel de optimismo se ha estancado en la segunda mitad de 2019 y es muy inferior al de 2018, el porcentaje de empresarios que espera ganar más en 2020 ha mejorado de un semestre a otro dos puntos, hasta un 40%, lo cual no está mal y se encuentra en línea con la media europea (41%). A nivel mundial, en cambio, el 54% de empresarios confía en aumentar sus ganancias este año.

¿La formación de Gobierno acabará con la incertidumbre?

Contar con un Ejecutivo con plenas funciones, tras casi 10 meses de Gobierno provisional, despeja una incógnita de las muchas que preocupan a los empresarios. Sin embargo, será crucial atender a las primeras medidas para saber si la preocupación de los directivos desciende o no. Lo deseable para ellos es que no se comprometan las reformas que hasta ahora han encarrilado la recuperación. Cualquier bandazo relevante o desvío presupuestario podría provocar que España esté menos preparada para una desaceleración económica.

¿A los empresarios les preocupa una subida de impuestos?

Sí, en momentos de desaceleración, una subida de impuestos no ayuda. Si la empresa ya lleva una mochila pesada, el que se la cargues más hace que subir la cuesta sea más difícil. Fomento del Trabajo [la patronal catalana] propuso hace poco que si en lugar de tocar tasas, el nuevo Gobierno bajase 10 puntos la bolsa de fraude fiscal, se podrían recaudar 40.000 millones de euros que estarían a su disposición para pagar pensiones, reducir deuda… El fraude fiscal, junto con los costes laborales y el elevado nivel de endeudamiento de las empresas son las tres principales preocupaciones de los empresarios.

Lo deseable para los líderes empresariales es que no se toquen las reformas que han encarrilado la recuperación

¿Qué va a pasar con el empleo este año?

El 37% prevé contratar personal –un dato relativamente bueno porque es cinco puntos superior al del semestre anterior– y solo un 17% considera reducir la plantilla. Pero la noticia más positiva es que tenemos las mejores expectativas de exportación desde 2013: el 41% prevé exportar más, esto es 13 puntos más que en la primera mitad de 2019 y bastante por encima de la media europea (33%) y mundial (36%).

A pesar de la perspectiva de desaceleración…

Sí, puede que el ver que EE UU y China hacen las paces y que el Brexit no se ha salido de su cauce, infunda un poco de confianza. De todas maneras, la incertidumbre económica preocupa mucho a la mitad de los encuestados en España, cinco puntos por encima de la media europea y el dato más alto desde 2016. En el mundo del private equity predomina la cautela: el 41% espera un crecimiento orgánico para los próximos dos años, mientras que el 32% prevé crecer a través de adquisiciones y solo el 12%, de fusiones.

Alejandro Martínez Borrell Alejandro Martínez Borrell, presidente de Grant Thornton España. Cinco Días

¿Cuáles serán los sectores más atractivos para la inversión?

Básicamente tres: energía, agroalimentación y educación. El 80% de los empresarios está preocupado por la educación, un dato apabullante. Y que haya un consenso tan alto sobre la necesidad de que se apruebe un plan nacional de educación que esté al margen de la coyuntura política, da una idea de la madurez del empresariado español.

Grant Thornton cuenta con un laboratorio de blockchain. ¿Qué potencial ven a esta tecnología?

Va a cambiar mucho la forma en que nos relacionamos. Nos da seguridad, trazabilidad, inviolabilidad de datos y elimina intermediarios. Internet cambió el mundo, blockchain lo mejorará. Las empresas tienen que plantearse cómo utilizar esta tecnología para mejorar sus procesos. No es un tema solo de bancos, seguros o consultoras. En el campo de la salud, por ejemplo, el potencial es brutal.

Entre las compañías que prevén adquirir este año, ¿hay tecnológicas?

Sí, estamos negociando con cinco compañías y no todas son bufetes, también hay firmas tecnológicas. Nuestro plan estratégico es ayudar a los clientes en su transformación digital. Estamos buscando firmas que nos aporten valor en ese sentido.

Fuente: Cinco Días