El nuevo convenio colectivo de Mercadona, que regulará a partir del próximo 1 de enero las condiciones de trabajo de los 84.000 empleados de la compañía, incorpora un paquete de medidas que, en algún caso, como el de todas aquellas destinadas a facilitar la conciliación entre trabajo y familia, superan las últuimas disposiciones aprobadas en materia de legislación laboral. Desde un permiso de paternidad de siete semanas, dos más que las establecidas por el Gobierno de Pedro Sánchez, hasta el amplio grueso de facilidades que se contemplan en el ámbito de las excedencias, la reducción de jornada y el trabajo a tiempo parcial para el cuidado de los hijos, el nuevo convenio refleja una potente apuesta en favor del equilibrio de la vida laboral y personal y del cuidado de la familia. En un sector como el de la distribución, cuyas condiciones de trabajo han sido tradicionalmente caldo de cultivo para la precariedad y la alta rotación, el acuerdo alcanzado entre Mercadona y sus sindicatos constituye un interesante modelo de marco laboral flexible respecto a las aspiraciones, necesidades y deberes familiares y personales de los trabajadores. Y lo es todavía más en una economía como la española, amenazada por una crisis demográfica que agrava y complica extraordinariamente tanto el futuro del Estado del bienestar como la viabilidad del sistema de pensiones tal y como actualmente lo conocemos.

En materia salarial, el nuevo convenio da también un paso adelante, con mejoras como el alza del salario base, así como de otros incrementos en distintos complementos retributivos. La medida constituye una muestra de las posibilidades que la negociación colectiva ofrece para avanzar en materia de política salarial a una compañía saneada y bien gestionada, un camino que a priori parece el más eficiente y adecuado para el sector privado, integrado por un tejido empresarial muy heterogéneo en el que conviven compañías con capacidad suficiente como para elevar los salarios, pero también otras cuya competitividad, y a veces superviviencia, se vería comprometida con una medida similar.

Tras el proceso de reconversión llevado a cabo por la compañía en su red de tiendas y la fuerte apuesta que ha realizado por la inversión, Mercadona afronta el reto de mantener y afianzar su liderazgo de ventas en un sector altamente competitivo y que tiene en el comercio electrónico su próximo campo de batalla. El nuevo convenio colectivo es un instrumento, y no el menos importante, para avanzar hacia ese objetivo.

Fuente: Cinco Días