La junta general de accionistas de ACS, que se celebró el pasado 10 de mayo pero cuyos datos definitivos de votación se han conocido ahora, realizó un voto de castigo al consejo de administración del grupo constructor que preside Florentino Pérez, con un alto porcentaje de votos en contra sobre la renovación de la mayor parte de los consejeros y, en particular, a los independientes.

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El propio presidente recibió el rechazo del 35,5% de los accionistas que votaron en la junta para su renovación como consejero ejecutivo y su permanencia al frente del grupo cuatro años más. Se da la circunstancia de que Florentino Pérez, de 72 años, recibió hace cuatro años el respaldo del 80% del capital. La asistencia a la junta fue del 66,6% del capital.

El rechazo fue mayor en el caso de los consejeros. El que concitó mayor posición fue Joan-David Grimà i Terre, quien fuera director general de Banco Santander y consejero delegado de Auna, que recibió el 48,5% de los votos en contra.

Pedro López Jiménez, sufrió un 46,3% de votos en contra; José María Loizaga, el 44,9%; María Soledad Pérez -hermana del presidente-, el 42,6%, y el expolítico catalán Miquel Roca, el 37,6%. Los consejeros ejecutivos tuvieron mayor aceptación. Agustín Batuecas recibió un 29,7% de votos en contra; el vicepresidente de ACS, Antonio García Ferrer, el 28,1%; y el secretario, José Luis del Valle, el 27,9%.

Esta oposición contrasta con el respaldo mayoritario que otorgó la junta al resto de puntos del orden del día. Así, las cuentas anuales obtuvieron el 99,2% de los votos a favor; la gestión recibió el apoyo del 98,6%; y el 95,7% aprobó las remuneraciones de los consejeros. El único punto que suscitó alguna duda fue la facultad para que el consejo pueda emitir bonos por hasta 3.000 millones, que tuvo un 33,3% de rechazo.

La importancia del voto de castigo de la asamblea de ACS es mayor si se tiene en cuenta de que Florentino Pérez es dueño del 12,5% del capital y, en conjunto el consejo mantiene el 13,75% del accionariado. Es decir, si no se cuenta el voto del propio consejo, algunos consejeros no llegan a un 50% de los votos a su favor.

Fuente: El País