Endesa ha puesto en marcha este mes la supresión del descuento a los trabajadores pasivos (jubilados y prejubilados) después de no haber alcanzado un acuerdo con los sindicatos en la negociación del convenio colectivo sobre la denominada tarifa de empleado. Así, mientras las negociaciones continúan tras más dos años empantanadas, un colectivo de más de 26.000 personas ha recibido una carta en la que se les anuncia que desaparecerá esta remuneración en especie.

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La tarifa de empleado consiste en una cantidad de energía que los trabajadores y jubilados de la compañía reciben como pago en especie y por la que solo desembolsan los peajes y los impuestos, pero no se libran del consumo (es decir, en torno al 40% de la factura). En el caso de Endesa, los 9.500 empleados y los 26.000 prejubilados y pasivos reciben cantidades que van desde 15.000 kWh hasta 30.000 kWh al año, dependiendo de su antigüedad en el grupo. La propuesta actual de los sindicatos es poner una limitación máxima anual de 15.000 kWh para la vivienda habitual y segunda vivienda.

La compañía, que cuantifica en torno a 40 millones de euros anuales el coste de este «beneficio social», ofrecía 2.500 kWh (consumo medio de una vivienda en España) y cubrir la diferencia hasta los 9.000 kWh (consumo medio de un empleado de Endesa, según sus datos). En las últimas negociaciones, había elevado hasta 3.500 kWh el umbral mínimo, y gastos en guardería, fondos de pensiones, seguros de vida y médicos, entre otras opciones.

La empresa, que amplió seis meses el plazo dado para aplicar esta medida, entiende que los beneficios sociales no tienen ya sentido volver a hacer otra prórroga. No obstante, según fuentes de la misma, está dispuesta a recuperar el pago si se alcanza un acuerdo del convenio y los trabajadores aceptan rebajar la cantidad que han recibido hasta ahora. Los sindicatos entienden que la medida es un chantaje para reducirlo.

Fuente: El País