La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, va a llevar a cabo una revisión de las normas de competencia que se traducirá, entre otras cosas, en una vigilancia mucho más estrecha sobre las grandes plataformas digitales como Facebook o Google.

Vestager (Dinamarca, 51 años) considera que las normas actuales se han quedado en parte obsoletas  y no bastan para controlar los potenciales abusos de unas compañías que en el mercado digital disponen de resortes mucho más poderosos para distorsionar la competencia que en otras actividades más tradicionales.

«Dada la dinámica del mercado digital debemos comprobar si los mecanismos para garantizar el cumplimiento de las normas siguen siendo válidos», asegura Vestager durante una entrevista con EL PAÍS y otros seis grandes diarios europeos.

La reforma incluye mayores exigencias a los operadores dominantes y verificación de las barreras que impiden a un usuario cambiar de proveedor de un servicio gratuito incluso cuando ya no cumple del todo sus expectativas.

La vicepresidenta de la Comisión, que en este segundo mandato ha sumado a sus atribuciones de competencia las del mercado digital, cree que «los grandes fundamentos de la normativa vigente siguen siendo válidos». Pero señala un punto clave en el que la reforma será imprescindible para acabar con prácticas que en los mercados tradicionales eran severamente castigadas y que en el digital escapan a menudo al control de los supervisores.

«Probablemente tendremos que reinterpretar la responsabilidad de los operadores dominantes», avisa Vestager. Y la reforma en ciernes, según la comisaria, se debe a que «la actuación de un operador dominante digital puede tener tremendos efectos en el mercado, dado que disponen de una cantidad enorme de datos y, además, sus competidores pueden depender de él de una u otra forma». La vicepresidenta está convencida de que no se puede seguir exigiendo a los operadores dominantes «la misma responsabilidad que hace 10 o 15 años».

El endurecimiento de la vigilancia apunta hacia la limitación de ocupar de ocupar mercados adyacentes aprovechando el dominio de una actividad determinada. Una acusación que se lanza repetidamente contra Google por aprovechar su dominio absoluto en el mercado de búsquedas para expandirse en otros negocios, en detrimento en ocasiones de sus propios competidores e incluso clientes, según los caos abiertos por la Comisión. Google acumula ya tres multas de Bruselas, por un total de 8.250 millones de euros.

Pero Bruselas no solo vigilará de manera más estrecha el crecimiento de las plataformas. La comisaria de Competencia también va a revisar el modelo para verificar las alternativas de que disponen los clientes. «La naturaleza de algunos mercados ha cambiado», señala Vestager.

En los sectores tradicionales «medimos cómo pueden reaccionar los consumidores ante un incremento pequeño pero significativo,si el litro de leche sube cinco céntimos en una tienda quizá el cliente piense irse a la tienda de al lado». La comisaria cree que ese modelo no sirve «en unos mercados donde no hay intercambio de dinero, el producto parece ser gratis o sea que el pago es por otra vía».

Vestager quiere introducir un sistema que compruebe «qué barreras existen en los mercados digitales que impiden a un cliente irse a otro proveedor cuando hay un deterioro en el servicio [gratuito] o cuando está pidiéndote demasiados datos». Esa prueba también podría determinar que alguna plataforma abusa de sus usuarios aprovechando que no disponen de alternativas para un servicio semejante.

Fuente: El País