A la UE le produce recelos que las telecos engorden demasiado. Se opuso a fusiones en Gran Bretaña y Dinamarca aduciendo que podrían elevar los precios. Un acuerdo entre Vodafone y Liberty Global podría ser diferente.
El operador británico está negociando con el estadounidense comprar sus negocios en Alemania y Europa del Este. Si se llega a un acuerdo, el jefe de Vodafone, Vittorio Colao, puede esperar un proceso más fácil que la china Hutchison, cuyo intento de combinar Three y O2 fue bloqueado en 2016.
Liberty vende banda ancha y TV por cable, así que no necesariamente compite con la teleco. Es cierto que Vodafone tiene casi 8 millones de clientes de TV en Alemania y más de 6 millones de suscriptores de banda ancha. Con Unitymedia, filial alemana de Liberty, tendría una posición dominante; pero apenas se superponen geográficamente. Eso reduce la posibilidad de ahorrar costes, pero también significa que la capacidad de elección de los consumidores se vería menos perjudicada. Renunciar a los 300.000 suscriptores móviles de Liberty sería llevadero, si los reguladores lo exigieran.
Combinar la influencia de ambos grupos podría ser deseable en un sentido. Los reguladores alemanes quieren que antiguos monopolios como Deutsche Telekom inviertan más en banda ancha de fibra. Alemania tiene una de las ratios más bajas de conexiones de fibra de la OCDE por debajo de Chile y Polonia, según un estudio de 2016. Un acuerdo entre Vodafone y Liberty incentivaría a Deutsche Telekom a invertir para mantener su cartera de clientes.
La clave es que incluir los activos de Liberty en Europa del Este y, potencialmente, su participación en una joint venture holandesa aseguraría que Bruselas y no Berlín tuviera la última palabra. Vodafone podría vender una alianza como un éxito para el tan cacareado “mercado único digital”, que supuestamente reduce las barreras nacionales en el fragmentado sector de comunicaciones europeos y permite aumentar la escala frente a los gigantes de EE UU y Asia. En un momento en que las telecos y las TV de todo el mundo se están volviendo cada vez más grandes, Europa podría no querer que se la considere un obstáculo para sus relativamente pequeños peces.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.
Fuente: Cinco Días