En una entrevista con EL PAÍS del pasado junio, al poco tiempo de asumir la cartera de Economía, Nadia Calviño afirmaba que “en breve” tomaría una decisión sobre la posibilidad de trocear la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) en lo que podría ser una vuelta al modelo pasado que, además, apoyaban la mayor parte de los grupos parlamentarios. “Vamos a analizar las diferentes opciones que existen dentro de la agenda de regeneración democrática que ha lanzado el presidente del Gobierno”, afirmaba. Pero no daba más datos. La cosa quedó ahí.

Ahora, más de cuatro meses después y ya asentada en el puesto, no parece que a la ministra le preocupe lo más mínimo el desgajamiento y, desde luego, no aparece entre las prioridades ni del Gobierno, sumido en otros asuntos más inmediatos (Presupuestos, crecimiento, hipotecas…) ni de los grupos de la oposición. Y después de escuchar a la ministra el pasado jueves lo que parece es que lejos de segregarse el modelo instaurado por el Gobierno del PP lleva camino de fortalecerse. Y en lugar de verse como un “tema pendiente” del que ya nadie habla, ha quedado descartado.

En efecto, el jueves, con motivo de una visita a España de la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, y la celebración de la jornada anual de Competencia organizada por la CNMC, volvió a planear en la atmósfera madrileña. Intervino también la ministra de Economía que ni lo mencionó, aunque sí hizo alguna alusión. “En parte, el éxito económico de España se debe al buen funcionamiento de los mercados y algo debe estar haciendo bien la CNMC”, destacó. Y tampoco parece preocuparle a la comisaria europea, que en un desayuno informativo lo banalizó cuando dijo que “lo importante es que haya una buena cultura, que se cumplan las funciones encomendadas y se vigile bien”.

“Algo debe estar haciendo bien la CNMC”, afirmó la ministra Calviño

Dos capotes para los que defienden el actual modelo, como el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, que presentó a la comisaria en el citado desayuno y luego hizo de anfitrión de ella en la sede del organismo. Marín aprovechó para resaltar “la necesaria autonomía en la gestión de nuestros recursos humanos, que resulta imprescindible para cualquier autoridad independiente” y pedir los cambios pertinentes para modernizar la institución. “Confío que el Gobierno sea receptivo a nuestras propuestas, que no suponen en ningún caso aumento del gasto y solo buscan una mayor eficacia”, remató. Eso supone convalidar normas europeas y completar las funciones como organismo regulador. Marín reclamó, en concreto, que el Gobierno acelere la trasposición de la directiva ECN+, que homogeneiza criterios con la UE y da más poder a las autoridades de competencia nacionales.

La trasposición de la directiva, que es una de las 14 que tiene pendientes España, dará más independencia al organismo y solidez a la hora de imposición de sanciones, a parte de que las empresas tengan unas condiciones similares cuando se trate de defensa de competencia en distintos países, especialmente en el reto digital.

La trasposición supone la oportunidad de reforzar la CNMC y la ministra está por la labor a juzgar por sus palabras públicas y por las conversaciones privadas. Quiere otorgar al organismo de unas reglas “claras” de juego y de una regulación que evite prácticas desleales que permitan que la economía funcione bien. En ese sentido, dijo que estudiará los márgenes de actuación, dentro de la discrecionalidad que se deja a cada Estado miembro de la Unión Europea para mejorar “lo más posible” la capacidad de actuación en la lucha contra las conductas restrictivas de competencia.

“Lo importante es que se cumplan las funciones y se vigile bien”, dijo la comisaria Vestager

Calviño se siente en casa cuando entra en la CNMV. Fue funcionaria de la antigua Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y estuvo en la redacción inicial de la Ley de la Competencia antes de irse a Bruselas, donde trabajó como directora general adjunta de Competencia cuando el comisario era Joaquín Almunia. Y le gusta recordar que alguien le dijo entonces, cuando estaba en la CNC, que estaba en uno de lugares más progresistas para trabajar. Ahora, como ministra de Economía, tiene la oportunidad de completar la labor inicial con la trasposición de la directiva ECN+ que le pueden permitir abordar reformas estructurales que no puede hacer legislativamente.

A ello se une que la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, tiene la voluntad de devolver las a la CNMC competencias sobre peajes eléctricos y sí evitar que la Comisión Europea abra procedimiento a España.

La comisaria quiere seguir de vigilante

M. Á. N.

La comisaria Margrethe Vestager apareció el jueves por Madrid como si fuera a patear la ciudad, con sus zapatillas azules y su aspecto desenfadado. Sin embargo, tenía una jornada maratoniana, con desayuno, comida e, incluso, cena. La política danesa, que parece salida de la serie Borgen, se ha convertido en el azote de las empresas. Desde tecnológicas a los fabricantes de camiones han sufrido su latigazo. Pero, el que la hace la paga. Y que no respiren tranquilas. Vestager, que acaba mandato en 2019, quiere repetir de comisaria de Competencia y seguir vigilando.

Fuente: El País