La Agencia Tributaria publicó ayer un estudio que refleja que 128.237 asalariados cambiaron de comunidad autónoma en 2016. Supone un 14,6% más que el ejercicio anterior, el mayor incremento registrado desde que se inició esta estadística en 2005. Aun así, antes de la crisis económica, los desplazamientos de trabajadores de una a otra comunidad se acercaban a 250.000. Con la recesión, el número de traslados llegó a caer hasta un 36% en 2010 por la atonía de la economía y empezó nuevamente a repuntar a partir de 2014.

Madrid es, con diferencia, la comunidad que atrae a un mayor número de asalariados de otras comunidades. Esta autonomía recibió 38.872 trabajadores. Dicho de otra forma, el 30% de los empleados que cambiaron de residencia se desplazaron a Madrid. La estadística incluye personal activo que ha pasado de una comunidad a otra. No refleja, por ejemplo, el caso de un estudiante o parado que se haya mudado a otra región al encontrar un empleo. Madrid también es la comunidad que presenta un mayor saldo entre los que se van y los que llegan. Por los 38.872 personas que mudaron a Madrid, salieron 20.678, una diferencia positiva de 18.194 empleados. Le sigue Cataluña con un saldo positivo de 4.775 personas. De Cataluña, se fueron el año pasado 11.605 personas y llegaron de otras comunidades 16.380 trabajadores. Si bien ahora todos los datos económicos se pasan por el prisma del procés, la estadística solo incorpora los datos del año pasado. Habrá que esperar al próximo ejercicio para comprobar si los hechos del 1 de octubre y posteriores ejercen algún efecto en el flujo de entrada y salida de asalariados.

Obviamente, las comunidades más pobladas registran también mayores movimientos tanto de entrada como de salida. Sin embargo, llama la atención Castilla-La Mancha, que en 2016 vio como abandonaban la comunidad 13.043 asalariados y se convirtió en la tercera autonomía con mayores salidas. Los empleados de Castilla-La Mancha que se trasladaron a otra región equivalen al 1,9% de la fuerza productiva. Supone un porcentaje muy elevado y que más que duplica la media. Asturias, Castilla y León y Extremadura son otras comunidades que registraron las mayores salidas en porcentaje sobre el número de trabajadores.

En términos absolutos, destaca Andalucía, que cosechó un saldo negativo de 8.567 personas. De la región salieron 20.402 andaluces y llegaron de otras tierras 11.835 trabajadores.

El flujo entre los dos principales polos económicos de España, Madrid y Cataluña, estuvo muy igualado. De Cataluña salieron 2.821 personas que desembarcaron en Madrid. El camino inverso lo realizaron 2.721 trabajadores. Así, el saldo fue favorable a Madrid por 100 efectivos.

La proximidad es un factor relevante de esta estadística. La mayor parte de trabajadores de otras comunidades que llegaron a Madrid partieron de Castilla-La Mancha. Le sigue Andalucía y Castilla y León. En el caso de Cataluña, destacan los 3.020 empleados procedentes de Valencia. Una cifra solo superada por Andalucía. En cualquier caso, la comunidad de destino preferida por los valencianos fue Madrid. Lo mismo ocurrió en el resto de comunidades con la única excepción de aragoneses y baleares, cuyo primer destino fue Cataluña.

Fuente: El País