Aena está tanteando al colectivo de controladores aéreos para conocer su posición e intentar dejar atado un plan que contempla un importante incremento de operaciones en Madrid-Barajas, el activo estrella del operador público.

Con 53,4 millones de pasajeros en 2017 (un 5,9% más que en 2016) y 387.600 operaciones (un 2,5% más), el aeropuerto madrileño roza el 22% de cuota en España y es una de las principales bazas de desarrollo de tráfico, junto al de Barcelona. Las fuentes consultadas explican que Aena y Enaire tratarían de asentar las bases para un crecimiento futuro del 10% en los vuelos que atiende Madrid, lo que supondría sumar 40.000 operaciones anuales, siendo clave un pacto con el control aéreo.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentó la semana pasada un plan con 2.000 millones de inversión en una nueva terminal en Barcelona-El Prat y su enlace por AVE con Girona-Costa Brava. Con ello se elevaría el techo de la capacidad de las terminales hasta los 70 millones de pasajeros en la Ciudad Condal, desde los 47 millones de usuarios atendidos el año pasado y un máximo de 55 millones de capacidad. Para la plaza madrileña, la principal baza de expansión es aprovechar los excedentes de capacidad, tanto en pista como en las terminales.

Fuentes de Aena explican que el deber de la empresa es diagnosticar la evolución de la demanda y planificar distintos escenarios. A renglón seguido aseguran que no habrá cambios en la operativa «ni a corto ni a medio plazo». El operador argumenta que Barajas atiende 96 operaciones (aterrizajes y despegues) por hora, contando con margen para llegar a los 120 despegues y aterrizajes por hora sin variar protocolo alguno de actuación. «No hay una urgencia de retocar la operativa aunque nuestra obligación es tenerlo previsto para cuando llegue el momento», explican.

Reunión con sindicatos

Pese a que Aena habla de un simple ejercicio de preparación del terreno, otras fuentes dan detalle sobre una reciente reunión con representantes sindicales de los controladores en la que fue comunicada la posibilidad de elevar la capacidad operativa de Barajas. Subir de los 48 aterrizajes a la hora actuales a 53 no es baladí a ojos de la plantilla, que habla de la modificación de una numerosa relación de procedimientos aeroportuarios para atender ese flujo de trabajo.

Fuentes oficiales del colectivo de controladores aéreos afirman que su empresa, Enaire, que además es primer accionista de Aena, les ha trasladado que la citada ampliación es posible sin modificar en exceso el mapa del tráfico aéreo próximo a Madrid. Ahora sería factible llevarlo a cabo simplemente con la mayor información que los sistemas de control aéreo aportan en relación con la velocidad que en todo momento llevan las aeronaves en sus maniobras de aproximación. «Enaire está en continua revisión de las capacidades, analizando todos los elementos de mejora, en particular, en escenarios (como el actual) de crecimiento del tráfico aéreo», afirma la compañía dependiente de Fomento.

Los controladores recelan y en sus foros internos no faltan quienes califican de «temeridad» la pretensión de Aena y Enaire. El avance del avión se mide a día de hoy como una suma o resta de la velocidad relativa que lleva el aparato, medida desde el suelo, teniendo en cuenta el impulso u obstáculo en el caso de que lleve el viento a favor o en contra. Esa información aparece en las pantallas radar del centro de control y los encargados de regular el tráfico la utilizan para organizar los aterrizajes con un mínimo de distancia de seguridad entre aviones.

Según el argumentario trasladado a los controladores, los desarrollos informáticos implementados en el sistema de control de Madrid permiten que la información de la velocidad sea la real, con lo que «la distancia entre los aviones con destino Madrid podrá ser menor y por tanto el aeropuerto tendrá más capacidad de absorción de tráfico».

Sin embargo, voces autorizadas de los controladores opinan que incrementar la capacidad del aeropuerto un 10% no se justifica si es basándose en una información proporcionada por una pantalla radar. «Es preocupante lo que Enaire nos ha comunicado y lo que pretende llevar a cabo, sobre todo en un aeropuerto como el de Madrid-Barajas, en el que los índices de aterrizajes frustrados es alto». El tira y afloja está servido.

Fuente: El País