La compañía estadounidense American Airlines firma un nuevo pedido de 47 aviones B787 Dreamliner para modernizar y simplificar su flota, en un contrato valorado en 12.300 millones de dólares. Además, se reserva adquirir 28 unidades más del bimotor diseñado por Boeing para cubrir rutas de ultralargo recorrido. Se convierte así en el principal operador del avión en Occidente.

American utiliza el Dreamliner desde hace tres años. El primer pedido constaba de 42 aviones, que utiliza para enlazar Estados Unidos con Asia y Europa. Ahora lo duplicar con 22 unidades adicionales de la primera versión B787-8 y 25 del B787-9. Kevin McAllister, presidente de la división comercial de Boeing, dice que es un “poderoso respaldo” a su avión en la dura batalla que libra con Airbus.

La versión B787-9 es la misma que utilizó Qantas para completar el primer enlace directo desde el aeropuerto australiano de Perth hasta el londinense de Heathrow, tras un vuelo ininterrumpido de 17 horas. Airbus compitió por el pedido con el A350 y el A330 Neo. Pero American Airlines decidió hace unas semanas concentrarse en negociar con el fabricante estadounidense.

“Fue una decisión difícil”, asegura el presidente de American, Robert Isom, “porque los dos fueron muy agresivos para hacerse con el contrato”. Pero explicó que su objetivo era simplificar la flota y Boeing le ofrecía la mejor opción. Las tres versiones del B787 Dreamliner comparten el 95% de la estructura y los componentes, lo que reduce los costes operativos y de mantenimiento.

Es también un avión muy versátil. American va a utilizarlo para reemplazar los viejos B767 y B777, así como los A330. La aerolínea cancela en paralelo un pedido que hizo US Airways, con la que se fusionó en 2013, de 22 unidades del A350 y retrasa dos años la entrega de 40 unidades del modelo de pasillo único B737 MAX. Así busca alinearlo con el plan de retirada de los aviones pequeños.

Las aerolíneas que cubren rutas intercontinentales están invirtiendo fuerte en aviones de nueva generación que le permiten a la vez ahorrar combustible y reducir las emisiones, volando más lejos y más rápido. Boeing acaba de entregar a Singapore Airlines el primer B787-10, la tercera versión del Dreamliner. Es la más grande de la familia, que puede transportar hasta un total de 330 pasajeros.

La eficiencia en el consumo de combustible está permitiendo a las aerolíneas abrir nuevas rutas. El ahorro de combustible por asiento en un Dreamliner es del 25% gracias a que su estructura integra un al alto porcentaje de materiales compuestos, más fuertes y ligeros que los metales tradicionales. Es actualmente el segundo avión más importante de Boeing, con 136 entregas en 2017.

Fuente: El País