Apple sigue quemando etapas, lentamente, en su particular lista de la compra. La mayor cotizada del planeta ha anunciado este lunes la adquisición de la aplicación de reconocimiento de canciones Shazam, una de las más populares de la primera ola de los smartphones y que ha mantenido el ritmo de descargas dada su utilidad. La cuantía que abonará el gigante tecnológico no ha sido desvelado, pero los medios especializados subrayan que estará en el entorno de los 400 millones de dólares (340 millones de euros).

La operación afecta, colateralmente, al multimillonario mexicano Carlos Slim, accionista de Shazam desde hace más de cuatro años. Aunque América Móvil, la teleco controlada por el hombre más rico del país norteamericano y el sexto más acaudalado del mundo, ha optado por no hacer ningún comentario —tampoco a sus accionistas—, la entrada de Apple en el capital de Shazam implicaría su salida del mismo. La mayor operadora de Latinoamérica se incorporó al accionariado de Shazam en julio de 2013 al abonar alrededor de 40 millones de dólares por el 10,8% de la empresa. América Móvil no ha concretado si obtendrá plusvalías o minusvalía en la operación.

«Apple Music y Shazam encajan muy bien, compartiendo la pasión por descubrir la música y ofreciendo excelentes experiencias musicales a nuestros usuarios», ha dicho Apple en un comunicado escueto comunicado en el que no ha divulgado los términos financieros de la compra.

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Shazam, nacida en Londres (Reino Unido) en 1999, ofrece a sus usuarios el servicio de reconocimiento de las canciones que suenan en cada momento. Con solo escuchar unos compases, la aplicación móvil identifica el título y autor y deriva a una tienda en línea para comprar la pieza musical. La última vez que anunciaron el volumen de usuarios activos, hace menos de dos semanas, este alcanzaba los 120 millones. En su mayoría están en Europa, Estados Unidos y América Latina. En este último mercado, el acuerdo cerrado hace tres años con América Móvil, una compañía que tiene casi 300 millones de clientes en la región. A la firma mexicana, la entrada en el capital de Shazam le permitía profundizar en la relación con sus clientes: saber qué contenidos consumen y ofrecer publicidad u ofertas específicas, según reconoció el propio Sim. Shazam viene preinstalado en todos los teléfonos vendidos por América Móvil.

Para Apple, la compra significa, más allá de la parte puramente empresarial, la adquisición de talento: el de los empleados de Shazam. Así lo reconoce en la nota hecha pública este lunes: «Estamos emocionados por la compra de Shazam y la incorporación de su talentoso equipo». La compañía de la manzana, además, integra sus patentes y afianza su ecosistema musical. También gana espacio en el soporte audiovisual, donde Apple TV todavía es una opción minoritaria.

Las descargas no es la única vía de ingresos de Shazam, ni la única tecnología que tiene. En 2011, a medida que fue creciendo se extendieron a la televisión: la aplicación fue adaptada para que, con solo acercar el teléfono al televisor durante un anuncio, reconozca la marca y permita la compra del objeto o el servicio inmediatamente. De esta forma, ha conseguido uno de los retos del mundo transmedia: activar la segunda pantalla, ya sea móvil o iPad, mientras se ve la televisión tradicional. A través de la combinación Shazam se sitúa en la intersección entre música, televisión, publicidad inteligente y venta de contenido.

Los de Cupertino son poco dados a sacar la chequera, a pesar de su abultada caja. Aunque es una compañía cotizada –lo que supone un mínimo de transparencia en todas sus operaciones–, muchas de sus adquisiciones se hacen bajo contratos que evitan dar publicidad al acuerdo. De esta forma, Apple evita dar detalles sobre la cuantía de la transacción más allá de las obligaciones legales con los accionistas. La semana pasada, la empresa comandada por Tim Cook se hizo con el control de VrVara –una firma dedicada a la realidad virtual– por 30 millones de dólares. A lo largo de su historia han hecho algunos desembolsos relevantes: a finales 1996, cuando la empresa de la manzana no era ni la sombra de lo que es hoy, la compra Next por 400 millones marcó un antes y un después. También fue muy relevante la adquisición de Beats en agosto de 2014 por 3.000 millones de dólares, la más abultada de su trayectoria y que supuso su entrada en el mundo de los wearables con auriculares de alta gama.

Fuente: El País